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Reduciendo brechas de género

Gabriela Araya Seguel , Directora regional SernamEG, Jesús Aranda Valverde, Pastor evangélico
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Como Estado de Chile y gobierno enfrentamos un compromiso ineludible: la promoción de la igualdad de género y la urgente necesidad de reducir brechas que afectan a las mujeres. Este desafío no sólo es fundamental desde un enfoque de derechos humanos, sino que también es crucial para el desarrollo sostenible del país.

A pesar de los importantes avances logrados por el gobierno del Presidente Gabriel Boric Font, como la legislación sobre el pago de pensiones de alimentos, la ley de reparación para víctimas de femicidio y la ley de violencia integral, impulsados por nuestro Ministerio de la Mujer y la Equidad de Género, o la ley de conciliación de la vida personal, familiar y laboral liderado por la cartera de Trabajo, la necesidad de seguir avanzando en la lucha por la igualdad de género sigue siendo innegable.

En Chile, las mujeres ganan en promedio un 25% menos que los hombres. Además, en los espacios de toma de decisiones, su representación es baja: sólo alcanzan el 23% en cargos de gerencia de primera línea y un 15,9% en directorios. Desde el Servicio Nacional de la Mujer y la Equidad de Género (SernamEG), estamos conscientes de lo que esta realidad implica para las mujeres, especialmente en términos de su capacidad para ejercer la autonomía económica, física y política.

Durante 33 años esta institución ha implementado diversas estrategias y mecanismos para mejorar la calidad de vida de miles de mujeres a través de programas como Mujeres Jefas de Hogar y 4 a 7. En otra línea, a partir de enero de 2024, lanzamos una nueva propuesta adaptada a las necesidades de las mujeres víctimas de violencias de género. Nos enfocaremos en fortalecer la prevención, la atención inicial y la cobertura especializada, con la meta de alcanzar a casi 86 mil personas, incluidas las organizaciones sociales. Además, tal como lo prometió el Presidente, vamos a inaugurar un Centro de Atención Especializada en Violencias de Género en cada región del país.

En esta región nos hemos abocado además a estar presentes en cada comuna, con uno o más programas, para llegar con nuestro mensaje de hacernos cargo de necesidades tan diversas vividas a diario por mujeres rurales e indígenas, mujeres de la diversidad sexo genérica, niñas y niños que son la principal preocupación de mujeres para su normal desenvolvimiento en la sociedad y hombres jóvenes también, a través del programa Mujeres, Derechos Sexuales y Reproductivos, para que entiendan la importancia que reviste la autonomía física de sus parejas.

Desde la Región de Antofagasta, reafirmamos nuestro compromiso de contribuir a este desafío que demanda voluntades y un involucramiento transversal. Es fundamental abordar las brechas de género con la seriedad que merecen, tratándolas como un problema social integral y las violencias de género como un delito de seguridad pública y no como asuntos privados o personales.


Libertad

El mes de septiembre está marcado por nuestras Fiestas Patrias, que nos recuerdan las gestas heroicas que permitieron nuestra independencia nacional, liberándonos del yugo español. Por ello seguro cantaremos el Himno Nacional con más fervor, y reafirmamos los votos de mantener una Patria libre. Hacer como dice nuestro himno: una copia feliz del Edén, recordando al Señor que nos legó la majestuosa Cordillera de la Andes, y tratando siempre de ser un buen refugio contra toda opresión.

En la Palabra de Dios hallamos las palabras de nuestro Señor Jesucristo, quien dice: "conoceréis la verdad, y la verdad os hará libres" (San Juan 8:32) Y para quienes hemos recibido su salvación, en verdad hemos sido liberados de cargas, pesos, culpas y pecados, que agobiaban nuestras vidas; y ahora vivimos en sus mandamientos, haciendo la voluntad del Padre y disfrutando de esa vida abundante que el nos dió (San Juan 10:10) No existe nada mejor que un espíritu libre. Cuando el ser humano es libre de cualquier tipo de ataduras, entonces recién empieza a disfrutar la vida y el lugar donde Dios lo colocó. Antes de eso,se queja, se siente extraño, errante y nada lo satisface. Todos necesitamos la verdadera libertad que Cristo Jesus ofrece. Lo triste de nuestra sociedad es que muchas veces, preferimos la esclavitud y dejamos que nos aten a personas o cosas, que dominan sobre nosotros. Muchas veces -en la Iglesia- anunciamos la libertad en Cristo y luego hacemos a las personas, esclavas de tal o cual posición, o esclavos de los líderes de las Iglesias. Esto no debe ser. Al leer toda la Palabra de Dios podemos ver en diferentes lugares y tiempos, esta lucha humana por la libertad. Lamentablemente también vemos a las personas queriendo ser libres hasta de Dios (Salmo 2) olvidando al Maestro que nos pide llevar su yugo y considerar que su ligera carga, solo son para nuestro bienestar y para disfrutar esa vida abundante que ofrece.

Ojalá este mes podamos manifestar públicamente esa libertad que Cristo nos dio y ayudemos a los demás a poder conseguirla también. Seguro a nuestro alrededor hay personas que aún siguen atados a sus pecados, a sus errores y traumas, que la vida sin Cristo les dio. Debemos anunciarles libertad en Cristo, para que ellos también empiecen a disfrutar estas bendiciones que nosotros ya tenemos. Esa es la esencia del Evangelio: anunciar buenas nuevas a todos. Mi Señor dijo: "El Espíritu del Señor está sobre mí, por cuanto me ha ungido para dar buenas nuevas a los pobres, me ha enviado a sanar a los quebrantados de corazón; a pregonar libertad a los cautivos, y vista a los ciegos; a poner en libertad a los oprimidos; a predicar el año agradable del Señor" (Lucas 4: 18-19) Eso resume su misión y es lo que todos los cristianos debemos hacer.

Mal ejemplo de las autoridades

Decir o hacer, sin mayor meditación, lo que se piensa, es algo que debiera estar impedido para quienes ejercen cargos de poder. Se exige un comportamiento ad-hoc. Chile vive hace años desencuentros y un nivel de violencia verbal que son el síntoma de nada bueno. Pocos ceden y demasiados imponen y vociferan.
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El diputado Johannes Káiser llamando "diputado Schneider" a la diputada Emilia Schneider y esta última respondiendo "diputada Káiser" al primero. La escena parece una comedia -pésima, por cierto-, pero ocurrió en el Congreso.

Ambos fueron sancionados.

Poco antes, el Presidente Gabriel Boric se entrometió innecesariamente en el caso Audios tras la prisión preventiva del penalista Luis Hermosilla, contaminando un momento difícil, careciendo de toda la información y sobre todo del proceso inicial y no sancionado que registra el caso. Esto es muy lamentable, pero Boric permanentemente rompe -en función de sus audiencias- el silencio que debe guardar la Jefatura de Estado.

Con horas de diferencia, el exministro Jaime Mañalich planteó que los embarazos de la ministra Camila Vallejo y la diputada Karla Cariola, sería concertada y usada políticamente. Una historia bizarra por la que poco después pidió disculpas.

Meses antes, el gobernador Ricardo Díaz peló una cebolla para referirse al caso Convenios, cuando el gobierno presentaba el Royalty Minero, una de los escasos logros que podrá mostrar en cuatro años.

Las formas, mensajes, pudor y sentido común, extraviados en todos los casos. El enojo en las autoridades-no todos, por supuesto- es evidente y parece permeado por la irracionalidad de la conveniencia particular, del deseo, la irritación y hasta la violencia, propia de los tiempos agitados que se viven.

¿Qué diferencia hay entre lo anterior y aquel que estaciona su automóvil en la vereda, aquel que insulta cuando se enfrenta con un tercero que le incomoda o al que se salta las reglas para beneficio propio.

Vivimos tiempos en que -sobre todo las autoridades- solo parecen investidas del cargo, pero no siempre son un ejemplo con la práctica y su comportamiento.