Se sabía que un resultado adverso iba a provocar que la noticia estuviera en la banca minera, entendiendo que desde el directorio ya habían asegurado que se analizaría la continuidad de Dalcio Giovagnoli en el cargo de director técnico.

Y pese a que la cara del DT hablaba de un "funeral interno" en el camarín minero, definitivamente no hubo consecuencias. Al menos desde el lado del cuerpo técnico, quienes afirmaron que no renunciarán, aunque lo seguro es que en las próximas horas, el directorio oficializará la salida del entrenador para la llegada de John Armijo a enfrentar las últimas cinco fechas. Porque pese a que quedan seis, el choque ante Everton de este fin de semana sería dirigido por la dupla de Pablo Abdala y Jorge Díaz en caso de que la regencia minera decida optar por un cambio.

Giovagnoli aclaró que "nosotros no queremos ser un bastáculo ni para el club ni para nadie. Nuestra decisión de pensar en revertir esto no pasa por una situación económica porque nunca lo fue. Nosotros firmamos uno de los contratos más bajos que hemos firmado porque teníamos una expectativa deportiva y la mantuvimos en base a la convicción que había en los jugadores y en todo el club. Pero lamentablemente seguimos careciendo de lo mismo. Somos un equipo que erra mucho debajo del arco y eso nos termina costando demasiado caro", dijo tras la derrota en casa.

Define como "un trascendido que salió en las últimas semanas del cual nosotros no sabemos nada", eso de que supuestamente habría recibido un ultimátum desde la presidencia de la institución, aunque insiste en la idea de que "no nos vanos a quedar a forzar ninguna situación. Hoy tenemos la convicción de que todavía se puede dar vuelta la situación deportiva pero no vamos a ser el obstáculo de nadie para que Cobreloa pueda intentar salir de este mal momento".

Pese a que tiene contrato hasta fin de año, el DT deja la puerta abierta a una salida de la institución. "Hay una relación muy fluida y mancomunada con la dirigencia estamos permanentemente buscándole la vuelta a esta situación. Por eso nosotros hoy por hoy estamos golpeados con esta derrota pero es un análisis que tendremos que hacerlo más en profundidad. Seguimos con la idea de tratar de revertir la situación".

16 partidos dirigió hasta ahora Giovagnoli considerando los de Copa Chile. Ganó cinco, empató tres y perdió ocho.

280 minutos suma Cobreloa sin anotar un gol, una señal del déficit en el trabajo del cuerpo técnico en las últimas semanas.

Ricardo Pinto Neira

No es que esta derrota haya sentenciado el descenso directo de Cobreloa de manera matemática. Pero en la sensación de todos es que ayer en el Zorros del Desierto se dejó gran parte de las opciones de pelear por permanecer en la categoría de honor.

Se volvió a perder mostrando lo mismo. Un equipo que a ratos tiene empuje pero con eso no basta para jugar en Primera División. Es la misma sensación que dejó el equipo desde sus primeros tropiezos en la primera rueda. Si va es con pelotazos o esfuerzos personales. Si intenta debe ser en base a buscar las bandas y tirar un centro. Si quiere penetrar defensas es en base a alardes individuales. Lo colectivo no está, la salida clara desde el fondo no se ve. La presión en base al funcionamiento no existe.

La prueba de que Cobreloa se entrampa en sus propias limitaciones es que ayer ni siquiera sirvió tener el hombre de más, ese que para muchos es vital jugando en altura y con el calor de Calama.

Porque el lateral Jovany Campusano se fue a las duchas en la media hora del primer tiempo. Es decir, Cobreloa tuvo más de una etapa para aprovecharse de eso y lejos de ordenarse, otra vez fue al choque y no resultó.

Pormenores

Que el equipo tiene pocas alternativas y es un plantel limitado se volvió a confirmar cuando en el segundo tiempo era necesario ir a atacar con todo y Dalcio Giovagnoli echó manos al juvenil argentino Lucas Di Maio y al canterano Bastián Valdés, dos que no han sido solución a la hora de romper defensas rivales.

Ya en los primeros 45 minutos, con un Marco Borgnino desaparecido y Patricio Romero extrañamente sin asumir ese protagonismo que necesita para confirmar que es más que la variable Sub 20, los "Zorros" prácticamente convirtieron en espectador al golero Nicola Pérez.

Y con las alternativas del complemento, la situación no cambió. Sabiendo de la necesidad de ganar, Cristian Insaurralde tomó las banderas y muchas veces trato de meterse al área pero no terminó gravirando y cuando lo hizo, debajo del arco no hubo nadie que concretara.

Eso hasta los descuentos, cuando con el equipo volcado en ofensiva, Patricio Rubio sosprendió casi desde la mitad de la cancha y sentenció la suerte de un equipo que sigue sin encontrar ideas.