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El sueño profundo no solo sirve para descansar: también despeja la mente

MOLÉCULA. Estudio danés demostró además que los somníferos puede afectar la "limpieza" del cerebro y la función cognitiva.
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Efe

Una buena noche de sueño no sólo sirve para descansar, sino que además puede despejar la mente, literalmente, tal como descubrió un estudio que muestra cómo el sueño profundo puede eliminar los residuos acumulados en el cerebro durante la vigilia, un proceso esencial para mantener la salud cerebral.

Los resultados de la investigación, publicados en la revista Cell Press, también ofrecen pistas sobre cómo los somníferos pueden alterar el sistema de 'limpieza de cerebro', afectando potencialmente a la función cognitiva a largo plazo.

Los científicos saben que el cerebro tiene incorporado un sistema de eliminación de residuos, llamado sistema glinfático, que hace circular líquido por el cerebro y la médula espinal para eliminar los residuos, un proceso que ayuda a eliminar las proteínas tóxicas que forman placas pegajosas relacionadas con trastornos neurológicos.

Sin embargo, hasta ahora no estaba claro qué es lo que impulsa este sistema.

Un equipo de científicos daneses descubrió que una molécula llamada norepinefrina desempeña un papel clave en la limpieza del cerebro en ratones.

Durante el sueño profundo, el tronco encefálico libera pequeñas oleadas de norepinefrina aproximadamente cada 50 segundos. Esta molécula contrae los vasos sanguíneos, generando pulsaciones lentas que crean un flujo rítmico en el líquido circundante para arrastrar los desechos.

"Es como encender el lavavajillas antes de acostarse y despertarse con el cerebro limpio", compara Maiken Nedergaard, autora principal del estudio, de la Universidad de Rochester y la Universidad de Copenhague, Dinamarca.

Para saber qué impulsa este proceso, Nedergaard y su equipo estudiaron lo que ocurre en ratones cuando el cerebro duerme.

Se centraron en la relación entre norepinefrina y flujo sanguíneo durante el sueño profundo y descubrieron que las ondas de norepinefrina se correlacionan con las variaciones del volumen sanguíneo cerebral, lo que sugiere que esta molécula provoca una pulsación rítmica en los vasos sanguíneos.

A continuación, el equipo comparó los cambios en el volumen sanguíneo con el flujo de fluido cerebral.

Así comprobaron que el flujo de fluido cerebral fluctúa en correspondencia con los cambios del volumen sanguíneo, lo que sugiere que los vasos actúan como bombas para impulsar el fluido cerebral circundante y eliminar los desechos.

"director de orquesta"

"La norepinefrina es como el director de una orquesta", explica la autora principal, Natalie Hauglund, de la Universidad de Copenhague y la Universidad de Oxford, Reino Unido. "Hay una armonía en la constricción y dilatación de las arterias, que luego impulsa el líquido cefalorraquídeo a través del cerebro para eliminar los productos de desecho", añade.

Pero ¿son todos los sueños iguales? Para averiguarlo, los investigadores administraron a ratones zolpidem, un fármaco habitual para conciliar el sueño.

Así, comprobaron que las ondas de norepinefrina durante el sueño profundo eran un 50% menores en los ratones tratados con zolpidem que en los que dormían de forma natural.

Aunque los ratones tratados con zolpidem se dormían más rápido, el transporte de fluidos al cerebro disminuía más de un 30%.

Los resultados sugieren que el somnífero puede alterar la eliminación de residuos impulsada por la norepinefrina durante el sueño.

"Cada vez más gente utiliza medicación para dormir, y es muy importante saber si se trata de un sueño saludable", advierte Hauglund.

El equipo cree que es probable que los hallazgos se apliquen a los humanos, que también tienen un sistema glinfático, aunque para confirmarlo hacen falta más pruebas.

Los investigadores observaron ondas de norepinefrina, patrones de flujo sanguíneo y flujos de líquido cerebral similares en humanos. Sus hallazgos pueden ayudar a comprender cómo un sueño deficiente puede contribuir a trastornos neurológicos como el Alzheimer.

La exposición al ruido de los aviones se relaciona con un peor funcionamiento del corazón, según un estudio en reino Unido

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Las personas que viven cerca de aeropuertos y están expuestas a elevados niveles de ruido de los aviones podrían tener más riesgo de padecer problemas cardíacos y más probabilidades de sufrir infartos, arritmias potencialmente mortales y accidentes cerebrovasculares.

Esta es la principal conclusión de un estudio observacional, publicado en la revista Journal of the American College of Cardiology y dirigido por investigadores de la University College London (UCL), tras analizar datos de imágenes cardíacas de 3.635 personas que vivían cerca de cuatro grandes aeropuertos de Inglaterra.

El equipo comparó los corazones de quienes vivían en zonas con mayor ruido de aviones con los de quienes vivían en zonas con menor ruido y descubrieron que los que estaban expuestos a niveles de ruido de los aviones superiores a los recomendados tenían músculos cardíacos más rígidos, que se contraían y expandían con menos facilidad y eran menos eficaces a la hora de bombear la sangre por el cuerpo.

Esto ocurría especialmente en el caso de las personas expuestas a un mayor ruido de los aviones por la noche, lo que podría deberse a factores como la alteración del sueño y el hecho de que es más probable que las personas estén en casa por la noche y, por tanto, expuestas al ruido.

Además, los investigadores descubrieron que estos tipos de anomalías cardíacas podrían multiplicar por dos o por cuatro el riesgo de sufrir un episodio cardíaco grave, como un infarto de miocardio, ritmos cardíacos potencialmente mortales o un ictus, en comparación con el riesgo de las personas sin ninguna de estas anomalías cardíacas.

"Nuestro estudio es observacional, por lo que no podemos afirmar con certeza que los altos niveles de ruido de los aviones causaran estas diferencias en la estructura y la función cardíaca pero nuestros resultados se suman a un creciente número de pruebas de que el ruido de los aviones puede afectar negativamente a la salud del corazón y a nuestra salud en general", explica Gaby Captur, autora principal del estudio y cardióloga consultora del Royal Free Hospital de Londres.

Efectos sobre la salud

El ruido de nuestro entorno, además de afectar a la calidad del sueño, puede desencadenar respuestas de estrés y provocar una sobreactivación del sistema nervioso simpático, elevando la presión arterial, la constricción o dilatación de las arterias y una digestión más lenta.

También puede provocar la liberación de cortisol, la hormona del estrés, que puede aumentar el apetito y provocar un aumento de peso.

Además, se sabe que la exposición a niveles elevados de ruido de los aviones está relacionada con el aumento de la presión arterial y la obesidad.

En el nuevo estudio, ambos factores explican una parte significativa de la relación entre el ruido de los aviones y las diferencias en la estructura y el funcionamiento del corazón.

Para el estudio, el equipo analizó los datos del Biobanco del Reino Unido de 3.635 participantes que se habían sometido a una resonancia magnética (RM) detallada del corazón y que vivían cerca de los aeropuertos de Heathrow, Gatwick, Birmingham o Manchester.

Entre los participantes del Biobanco del Reino Unido de estas zonas, el 8% vivía en una zona con mucho ruido de aviones durante el día, y el 3% en una zona con mucho ruido durante la noche.

Descubrieron que los participantes que permanecieron en una zona con mayor ruido de aviación tenían entre un 10 y un 20% peor estructura y función cardíaca que sus homólogos de estas zonas que se habían mudado.

A continuación, el equipo analizó una muestra separada de 21.360 personas que se habían sometido a resonancias magnéticas detalladas del corazón como parte del estudio UK Biobank para investigar cómo las anomalías cardíacas comparables a las relacionadas con el mayor ruido de los aviones podrían afectar al riesgo de sufrir un acontecimiento cardíaco adverso grave.

Los autores llegaron a la conclusión de que un hipotético individuo con estas anomalías cardíacas podría tener hasta cuatro veces más riesgo de sufrir un acontecimiento como un infarto, un ritmo cardíaco anormal o un ictus.