Vivimos sistemas de vida contradictorios: queremos paz, calidad de vida, pero respiramos un clima social y mundial no menos sofocante. En enero 2024 se promulgó la Ley Karin para blindar el interior de los ambientes laborales, de diversos abusos que suelen darse. Se describen 18 conductas sancionables penalmente que menoscaban la dignidad de las personas desde los malos tratos a los acosos sexuales.
Las leyes emanan por realidades imperantes. Las leyes nos fijan bordes básicos, de transgredirlas se condenan. Entre 2022 y 2024 hubo 43.804 denuncias de abusos tanto en los ambientes laborales fiscales como empresariales. Súmase la vida política, antagónica a una constructiva convivencia, al bien común.
El Ministerio de Educación elaboró una Política Nacional de Convivencia Educativa, a todas luces se requería por las violencias escolares que han complejizado todo el tejido social: profesorado, familias. Establece un conjunto de estrategias y acciones articuladoras convergentes hacia un "Marco Ético Común". Acertado enfoque pues supera las judicializaciones. Sin embargo, no se enuncia cuál sería "El Marco Ético Común" que desestrese, distensione los ambientes educativos.
Los cambios conductuales se realizan por convicciones asumidas en reflexiones profundas personales, concientizadas, socializadas, que generan la responsabilidad de los propios actos, con el sagrado respeto de unos a otros.
El estudio Laborum 2024 detectó en el 89% de los trabajadores de Chile el síndrome de agotamientos mentales, emocionales, estresados y disminuyendo la productividad, el bienestar laboral. Desgaste profesional, en lo personal síntomas de fatiga, trastornos del sueño, tensiones, irritabilidades. Licencias médicas subiendo. Las sobrecargas, los desbalances trabajo-vida, y los liderazgos disfuncionales.
¿Imposible parar esta bola de nieve deshumanizante?
¿Será posible recentrarnos?: un spot televisivo versa: "en el mundo de la minería, el mundo está primero", digamos también "en el febril mundo del desarrollo primero están las personas". Toda nuestra corporalidad está diseñada, sellada para convivir, desarrollarnos en colaboración y con su capacidad natural de comprender, armonizar.
¿Cómo rescatarnos humanamente? ¿Cómo salimos del círculo que nos entrampa, de nuestro paraíso frustrante? Neruda nos decía: "Si nada nos salva de la muerte, al menos el amor nos salve de la vida". Regresemos a los mensajes de la madre naturaleza, pero el astrofísico Carl Sagan (1934-1996) nos advierte: "El universo no se obliga estar en perfecta armonía con la ambición humana". La madre naturaleza nos llama a contemplarla en sus armonías e impregnarnos de ella, en su belleza propia, en su capacidad de recrearse. Sus diferencias infinitas se enriquecen en sus reciprocidades, en sus complementaciones. La bondad es la naturaleza en sí misma, el Magistral Ludwig van Beethoven decía: "El único símbolo de superioridad que conozco es la bondad", su himno ¿cuándo los hombres volverán a ser hermanos?
Una nueva generación hermanada a nuestro planeta será cuando sus escuelas empiecen con las "salas" y alas abiertas a las playas, a los jardines, en sintonías directas con su medio ambiente…, y compartiendo los aprendizajes. Desentramparnos es abrir nuestros sentidos para empatizar con las estrellas, con las abejas… Cuando se vive en armonía ¿no nos sentimos también en armonía filial con el universo?
¡Así es la humanidad que queremos ser!