Adiós amigo Héctor
Arturo Mardones Segura , Rotary Club Chuquicamata
Profundo dolor en todos los círculos de nuestra ciudad de Calama, el deceso de nuestro amigo y profesor Héctor Flores Briceño, de una relevante trayectoria profesional y de meritoria actuación en distintas instituciones de beneficio en la comunidad.
Ha muerto un insigne profesor. Durante su dilatada carrera demostró en cada una de sus actuaciones un alto espíritu de servicio público y, a la vez, un ferviente amor por la enseñanza y la formación profesional de los jóvenes de nuestra provincia El Loa.
El profesor Héctor era de aquellas personas que trabajaba a conciencia, en silencio, pero siempre ocupado en el enfoque de las personas. Su personalidad, inteligencia, agudeza y reciedumbre de carácter, así como su gran empatía y profundo amor por la vida, lo hicieron acreedor al cariño de toda una comunidad que hoy lamenta profundamente su partida.
Ha muerto un insigne amigo. Las palabras nunca serán capaces de expresar la senda hermosa que dejó de sus días, junto a nosotros. Su calidad fraternal, el perfil exquisito de su espíritu de hombre de bien y de su gran calidad humana.
Cuando soplaba el viento a favor con más fuerza que nunca y el amigo Héctor navegaba feliz, sobre las quietas aguas de la vida, donde el sol parecía más sol que otras veces, donde los sentimientos de cariño por su esposa, hijos, nietos, se unían con esa fuerza propia del temple del acero, emergió un sorpresivo iceberg, igual como le sucedió al Titanic y destruyó su vida para siempre.
Su trabajo como profesor en la Provincia El Loa había creado una mística, una fuerza moral importante, con luces en los corazones de los que escucharon su palabra y vieron su acción.
Por fortuna, había construido un jardín con el cobre, por lo tanto, el largo camino del caminante no ha terminado, ha dejado un gen en el espíritu de sus amigos, educandos y semejantes que tanto amó.
Los hombres, mujeres y niños de esta tierra generosa de expresión de iris donde están los cerros y montañas pintadas con los matices del cobre, del oro, del salitre y del litio, recordamos las virtudes de este hombre bueno que trabajó para forjar una vida con mayor contenido social y mucho más feliz en su acción social en beneficio de sus hermanos menos afortunados de la comunidad. Quiero expresar como Erick Formm: "El hombre no cesa jamás de nacer y su tragedia es que muere antes de haber nacido plenamente". Ese fue tu problema amigo Héctor y nuestro problema. Queríamos que hubieras terminado el proyecto de tu talentosa obra de acción social en nuestra ciudad, pero el iceberg que apareció violentamente en tu camino, truncó trágicamente tus sueños y nuestros sueños.
Finalmente te pedimos que amarres el carro de tu belleza interior a la estrella que más ilumina el cielo calameño, para que nos ayude con el brillo de su luz, tratar de seguir tu ejemplo de hombre bueno y además comprometido con la sociedad.
Amigo Héctor, descansa en paz.