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Gobernanza corporativa

"De acuerdo a Allen, Trump estaría convirtiendo la gobernanza democrática en 'gobernanza'". Dra. Francis Espinoza F., Académica UCN
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En una brillante columna, la académica de la Universidad de Harvard, Danielle Allen, plantea que los/as estadounidenses llevan años cediendo soberanía a los magnates de la tecnología y su dinero ("The Problem With $TRUMP", The Atlantic, 29/01/2025). Si bien, la problemática relación entre política y dinero cada vez es peor, pero Donald Trump se ha convertido a sí mismo y al Despacho Oval de la Casa Blanca en una sociedad anónima con fines de lucro. Lo que está haciendo Trump es llevar esta situación a otro nivel de gobierno: proporcionar los medios técnicos para permitir la captura total de las instituciones de gobernanza por parte de las empresas tecnológicas.

De acuerdo a Allen, Trump estaría convirtiendo la gobernanza democrática en 'gobernanza corporativa', en gran parte porque las diversas elites políticas que gobiernan están desconectadas del pueblo, y la burocracia aflige a todos/as. Si otros liderazgos hacen lo que Trump ha hecho, entonces veríamos estructuras de gobernanza global generalmente privatizadas, y a los/as líderes políticos se les proporcionarían grandes incentivos para coludirse con el interés común de los tenedores de capital, en lugar de gobernar por un verdadero bien común societal. He llamado a este fenómeno 'tecnocracia' (El Mercurio de Antofagasta, 19/12/2024), pero el estratega político Steve Bannon y la activista política Laura Loomer lo denominan 'feudalismo tecnocrático', o tecnofeudalismo (Guillem Fallol, lamarea, 24/03/2024), haciendo la analogía entre el sistema histórico feudal pero en un contexto actual de globalización y era digital.

No cabe duda que estamos asistiendo a una verdadera 'trumpización' (El Desconcierto, 21/01/2025) de las políticas domésticas; o más bien estamos frente a la justificación de una 'relación de cuidado' entre los mundos público y privado, algo que eufemística o ingenuamente se puede llamar 'amistad cívica' (El Mercurio de Antofagasta, 15/12/2024). Sin embargo, ya he señalado mi preocupación por la ausencia de los diseños políticos en las actuales autoridades y el 'tómese en cuenta' (warming up) de la excesiva presencia del empresariado en los diversos actos de asunción de los/as ediles regionales. Me parece al menos una 'expresión inédita' para la política regional, y también preocupante si se tiene en cuenta la estrecha relación del poder económico y político, pero (dando el beneficio de la duda) una señal interesante de articulación de todo tipo de actoridades regionales.

El filósofo calvinista alemán Johannes Althusius se refiere a la idea de 'ciudad simbiótica' para entender el Estado como un sistema federalista o corporativista, pero de ahí a la concepción de una 'tecnocracia feudal' como un 'para-Estado' o 'in-Estado', hay bastante trecho político y analítico. De acuerdo a Althusius, la comunidad en su comunicación de bienes estructura su propio orden político y normativo en el cual no se desconoce el ejercicio del poder, pero hay una subordinación a la voluntad consensuada de la ciudadanía y al correcto funcionamiento de las instituciones (Patricio Carvajal Aravena, 2005). Danielle Allen sólo desliza la preocupación por la maquinaria tecno-económica de Trump a partir del debilitamiento del sistema político, pero resulta alarmante que en regiones neoliberales como ésta, la ausencia de discursos, estrategias y diseños políticos terminen en una captura total del sistema público por parte del empresariado. Necesitamos menos filosofía barata, y más filosofía política crítica de Antofagasta.