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Científicos detectan el mecanismo molecular que lleva a las personas obesas a desarrollar diabetes tipo 2

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Investigadores de varios países han identificado el mecanismo molecular mediante el cual la hormona adrenomedulina puede provocar diabetes tipo 2 en personas con obesidad, lo que sienta las bases para desarrollar nuevas estrategias terapéuticas dirigidas a la prevención y tratamiento de esta enfermedad. El estudio ha sido liderado por el centro científico alemán Max-Planck-Institut y ha contado con la colaboración de otros organismos de investigación de Alemania y Estados Unidos, así como de la Unidad de Angiogénesis del Centro de Investigación Biomédica de La Rioja (Cibir), en España.

Precisamente, el director de esta unidad del Cibir, Alfredo Martínez, presentó hace unos días esta investigación internacional, publicada en la revista científica Science. La evidencia científica ya había demostrado en el pasado que las personas con obesidad o sobrepeso tienden a desarrollar diabetes tipo 2 pero, hasta ahora, no se conocía el mecanismo molecular responsable de esta relación.

Los investigadores han demostrado que las células grasas, más abundantes en personas con obesidad, producen elevados niveles de adrenomedulina.

Este péptido regulador actúa sobre los receptores de insulina en las células endoteliales (las que revisten los vasos sanguíneos en contacto con la sangre), reduciendo su sensibilidad a la insulina y contribuyendo a la resistencia a esta hormona. La resistencia a la insulina es la principal característica de la diabetes tipo 2 y, en el caso de los vasos sanguíneos, hace que llegue menos sangre a los órganos encargados de captar la glucosa, como el hígado o los músculos.

Hace 30 años se descubrió que la adrenomedulina reducía la producción de insulina y que los pacientes con diabetes presentaban niveles elevados de esta molécula, planteando la posibilidad de que esta hormona fuera un agente causal de la diabetes tipo 2.

Sin embargo, han sido necesarias tres décadas para desarrollar las herramientas que permitan demostrar este mecanismo.

Los investigadores han empleado modelos genéticos denominados 'knockouts condicionales', en los que, mediante ingeniería genética, se ha eliminado un gen específico (el de la adrenomedulina o su receptor) en células concretas, como las células grasas o las endoteliales.

Así, pudieron observar que los ratones con obesidad desarrollaban resistencia a la insulina y por lo tanto diabetes tipo 2 y, como consecuencia, presentaron una disminución del flujo sanguíneo hacia órganos como el hígado o los músculos.

La nasa eleva a 2,4% probabilidad de que asteroide impacte a la tierra en 2032

SEGUIMIENTO. El cuerpo celeste 2024 YR4 fue descubierto desde Chile por el programa ATLAS y actualmente es monitoreado por diversos centros científicos.
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La posibilidad de impacto del asteroide 2024 YR4 con la Tierra en el año 2032 aumentó a un 2,4%, 0,2 puntos más según nuevos cálculos y un incremento de más de un punto porcentual con respecto a las estimaciones de finales de enero, según anunció la agencia estadounidense NASA el fin de semana.

De acuerdo con Sentry, el asteroide 2024 YR4 tiene una pequeña posibilidad (2,4%) de impactar contra la Tierra dentro de siete años.

Sentry es un sistema de monitoreo de colisiones altamente automatizado que escanea continuamente el catálogo de asteroides más actualizado en busca de posibilidades de impacto futuro con la Tierra durante los próximos 100 años.

Descubierto el 27 de diciembre pasado por el programa ATLAS (Sistema de Última Alerta de Impacto Terrestre de Asteroides) desde Chile, por el momento se estima que 2024 YR4 tiene un diámetro de entre 40 y 90 metros, y la hipotética colisión se calcula para el 22 de diciembre de 2032, según datos de la Agencia Espacial Europea (ESA). Queda mucho por saber sobre este asteroide y, aunque el impacto es improbable, de llegar a producirse, la Red Internacional de Alerta de Asteroides (IAWN) identificó como pasillo de riesgo el océano Pacífico oriental, el norte de Suramérica, el océano Atlántico, África, el Mar Arábigo y el sur de Asia.

Lo que se sabe

Aunque fue descubierto a finales de diciembre, hasta hace una semana el gran público desconocía la existencia del asteroide 2024 YR4 y la muy baja posibilidad de que choque contra la Tierra en 2032, pero las agencias espaciales tienen ya activados grupos de reacción para fijar su tamaño y trayectoria. Aún quedan siete años para que el asteroide pueda llegar a golpear la Tierra y los expertos no quieren mandar un mensaje catastrofista, pero, dado su tamaño y la posibilidad de impacto, sí es necesaria una vigilancia activa.

Descubierto el 27 de diciembre pasado por el programa ATLAS (Sistema de Última Alerta de Impacto Terrestre de Asteroides) desde Chile, por el momento se estima que tiene un diámetro entre 40 y 90 metros, y la hipotética colisión se calcula para el 22 de diciembre de 2032, según datos de la Agencia Espacial Europea (ESA).

Por su tamaño y con una probabilidad de impacto superior al 1% en un momento dado dentro de los próximos 50 años, 2024 YR4 cumple los criterios que han hecho que se activen dos grupos de reacción avalados por la ONU: la Red Internacional de Alerta de Asteroides (IAWN) y el Grupo Asesor de Planificación de Misiones Espaciales (SMPAG). Ambos han emitido notificaciones en las que se informa de que "como expertos y por nuestros protocolos, tenemos que poner una atención especial a este asteroide particular", explicó esta semana a EFE el coordinador del servicio de información de la Oficina de Defensa Planetaria de la ESA, Juan Luis Cano.

Probabilidad

Desde que se realizaron los primeros cálculos la posibilidad de impacto ha ido variando (de 1% a 2,4%) y la ESA indica en su web que "es importante recordar que la probabilidad de impacto de un asteroide suele aumentar al principio antes de descender rápidamente a cero tras observaciones adicionales".

Las variaciones se deben a que "estamos mejorando los parámetros que definen la órbita y, por tanto, reduciendo la incerteza en el paso futuro del asteroide", dice a EFE el investigador del Instituto de Ciencias del Espacio del CSIC y del Instituto de Estudios Espaciales de Cataluña (IEEC) -ambos en España-, Josep Maria Trigo.

Aunque la mirada está puesta en 2032, Trigo recuerda que el asteroide visitará ya las inmediaciones de la Tierra, en 2028, cuando se "mejorará de nuevo la órbita y entonces, posiblemente se deduzca que esa probabilidad es más pequeña o incluso nula". Para el astrofísico, "lo importante es que se ha detectado con siete años de margen y con tiempo para estudiarlo y actuar, si fuese necesario".

Protocolos activados

SMPAG (presidido por la ESA y formado por agencias espaciales) e IAWN (presidida por la NASA en la que además de las agencias están los observatorios de objetos cercanos a la Tierra y los centros de investigación relacionados con asteroides) fueron creados hace una década, aunque sus protocolos de aviso se aplican desde 2018 y esta es la primera vez que se activan, recuerda Cano.

Ahora, el asteroide es seguido desde Tierra por centros como el Instituto de Astrofísica de Canarias, pero desde abril ya no será posible y se podrá volver a ver aproximadamente desde abril de 2028, precisa Cano.