Una mejor región para vivir
LA REGIÓN QUE SOÑAMOS. Nicolás Sepúlveda, director ejecutivo de CREO Antofagasta.
"La región que soñamos es aquella que invita a vivir en ella. Una región que proporciona bienestar, valora y protege su patrimonio y, desarrolla su actividad productiva de manera inclusiva y respetuosa con las personas y el medio ambiente". Nicolás Sepúlveda Director ejecutivo Creo Antofagasta
La Región de Antofagasta es, por esencia, un territorio de esfuerzo, innovación y emprendimiento. Enormes riquezas naturales se esconden en ecosistemas frágiles y remotos, y en un desierto implacable que representa tanto nuestras ventajas comparativas como los desafíos que debemos afrontar con cuidado para promover un desarrollo sostenible.
En las últimas décadas, hemos visto cómo esta región se consolida como motor económico del país, aunque persisten importantes brechas que dificultan alcanzar un desarrollo equitativo, integral y sustentable. Desde el boom del cobre a fines de los años 90 hasta el actual auge del litio, la energía y la logística, nuestras ciudades han crecido con rapidez, atrayendo a personas que buscan oportunidades en esta tierra de riqueza. Sin embargo, este crecimiento acelerado ha dejado al descubierto importantes carencias en la provisión de servicios y en la gestión de recursos, lo que afecta el equilibrio entre desarrollo económico y calidad de vida. Esto se refleja en indicadores como el Índice de Calidad de Vida Urbana de la Cámara Chilena de la Construcción, que señala que Antofagasta es atractiva para trabajar, pero no tanto para vivir.
Hoy contamos con una gran oportunidad. Los recursos provenientes del Royalty Minero y del litio, junto con una gobernanza más democrática gracias a los gobiernos regionales electos, permiten planificar el desarrollo de manera más eficiente. No obstante, es esencial abordar desafíos estructurales como la seguridad y la provisión de servicios básicos, donde tenemos grandes déficits: falta de viviendas accesibles, localidades sin agua potable, alcantarillado o electricidad, una gestión deficiente de residuos y movilidad urbana, y ciudades con insuficientes espacios públicos, muy por debajo de lo recomendado por la Política Nacional de Desarrollo Urbano.
La región que soñamos es aquella que invita a vivir en ella. Una región que proporciona bienestar, valora y protege su patrimonio y, desarrolla su actividad productiva de manera inclusiva y respetuosa con las personas y el medio ambiente. Aprovechar nuestras ventajas comparativas y convertir nuestros desafíos en oportunidades es fundamental. Desde la innovación que define nuestra historia, debemos avanzar hacia un desarrollo humano y territorial sostenible. Aprovechar el sol para bajar los costos de energía, cuidar nuestro recurso hídrico para multiplicar áreas verdes. ¿Te imaginas nuestras calles llenas de árboles? ¿Sin basura? ¿Con transporte público moderno, como buses eléctricos, tranvías o teleféricos? ¿Con un borde costero y parques bien implementados, calles pavimentadas e iluminadas, y viviendas en barrios accesibles? Una ciudad bien diseñada y funcional genera bienestar y, por ende, mayor seguridad para su población.
En este contexto surge Creo Antofagasta, una iniciativa impulsada por Escondida | BHP, que busca contribuir al desarrollo urbano y social de la región. Durante más de una década, se ha consolidado como una herramienta estratégica para fomentar la colaboración y la innovación en soluciones sustentables para el futuro de la ciudad, basado en un "Plan Maestro" que, elaborado participativamente, establece una visión de ciudad que se sostiene en una red de espacios públicos, un sistema de movilidad integrada, centros de equipamiento, activación comunitaria y una gestión sostenible de los recursos naturales.
Cambiar una ciudad es un proceso complejo que debe abordarse por etapas. Desde activaciones como las pinturas participativas que embellecen los barrios y fortalecen el tejido social, hasta proyectos de gran escala como el "Paseo Cerro a Mar" con aceras, arbolado, plazas e iluminación. La dedicación y el trabajo colaborativo son esenciales.
Entre las iniciativas más relevantes destaca la estrategia SARA (Sistema de Aguas Recicladas Antofagasta), que busca implementar plantas de tratamiento de aguas servidas de alto estándar en la región. Con esto podríamos construir parques, plazas y aceras con vegetación y arboles bajando a un tercio el costo del agua para su riego. Antofagasta ya está trabajando en esta línea en Altos La Chimba, donde MINVU y PURI desarrollan un sistema para reciclar aguas grises y regar áreas verdes y plazas en condominios sociales. Además, el desarrollo del borde costero de Antofagasta avanza con proyectos como Playa y Caleta La Chimba y Caleta Coloso, que no solo mejoran los espacios públicos, sino que también generan oportunidades económicas para pescadores y comunidades locales, al tiempo que enriquecen la experiencia de quienes visitan estos lugares.
La Región de Antofagasta enfrenta grandes desafíos, pero cuenta con todo lo necesario para superarlos: personas resilientes e innovadoras, la mejor tecnología, un clima privilegiado y enormes oportunidades de desarrollo. La clave está en el trabajo articulado, colaborativo y sin prejuicios, que nos permita transformar nuestra región en el lugar que soñamos.