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Un ensayo fortuito constata la eficacia de la vacuna del herpes frente a la demencia

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La ciencia da un paso más para confirmar que los virus que afectan al sistema nervioso pueden influir en la demencia: un estudio recogido en Nature confirma que la vacuna del herpes zóster redujo un 20% el riesgo de desarrollar esta enfermedad neurodegenerativa en un grupo de mayores.

El herpes zóster, una infección vírica que produce una dolorosa erupción cutánea, entre otros, está causado por el mismo virus que causa la varicela.

Cuando una persona contrae la varicela, el virus permanece latente en las células nerviosas de por vida y, conforme se va debilitando el sistema inmunológico con la edad, el virus latente puede reactivarse y causar herpes zóster.

Para evitarlo existe una vacuna que contiene una forma atenuada del virus, y los autores del estudio, afiliados a varios centros estadonidenses, austriacos y alemanes, llegaron a los resultados que produjo en un grupo de personas mayores en Gales, Reino Unido.

Allí, comenzó un programa de vacunación en 2013 para personas que tuvieran 79 años. Solo con esa edad exacta podían optar a la vacuna dado el suministro limitado de dosis.

Años después de que comenzara ese proceso de inmunización, los investigadores analizaron el historial médico de más de 280.000 personas que en 2013 no padecían demencia. De ellas, una parte recibieron la vacuna y aunque tenían 79 años apenas estaban a una o dos semanas de cumplir los 80; y la parte no pudieron acceder a ella porque cumplieron los 80 una o dos semanas antes de que comenzara la vacunación.

El análisis de los datos siete años después, cuando estas personas ya contaban con 86 u 87 años puso de manifiesto que la vacuna redujo la aparición de herpes zóster en aproximadamente un 37% para quienes recibieron la vacuna, un dato similar al que habían dado los ensayos clínicos de la misma.

En 2020, uno de cada ocho personas del grupo de control (280.000 personas), que para entonces tenían 86 y 87 años, había sido diagnosticada con demencia, pero los investigadores vieron que quienes recibieron la vacuna contra el herpes zóster tenían un 20% menos de probabilidades de desarrollar demencia que los no vacunados.

"Fue un hallazgo realmente sorprendente encontrar esta señal protectora en la vacuna", afirma el autor principal del estudio, Pascal Geldsetzer, de la Universidad de Stanford.

Los científicos buscaron por todas partes otras variables que pudieran haber influido en la reducción del riesgo de demencia, sin encontrar nada significativo.

Lo más llamativo fue que la protección de la vacuna del herpes frente la demencia era mucho más pronunciada en las mujeres que en los hombres.

Un marcapasos más pequeño que un grano de arroz, de uso temporal y autodegradable

PRUEBA EN EE.UU. Se puede implantar con una inyección y lo disuelve el cuerpo.
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En ocasiones, un enfermo necesita un marcapasos de manera temporal, por ejemplo bebés con un defecto congénito. La solución podría venir de un dispositivo más pequeño que un grano de arroz, inyectable y que, cuando ya no es necesario, se disuelve en el cuerpo.

Se trata de un prototipo experimental de marcapasos, cuya eficacia se ha probado en modelos animales (ratones, cerdos) y en corazones procedentes de donantes de órganos, según un estudio liderado por John Rogers de la Universidad Northwestern (EE.UU.) y que publica Nature.

El dispositivo mide 1,8 x 3,5 x 1 milímetros, más pequeño que cualquier otro marcapasos, lo que le permite ser implantado con una inyección.

Cuando ya no es necesario, se disuelve y lo absorbe el cuerpo. Además, el equipo puede variar la composición y grosor de los materiales para controlar el número días que permanece funcional antes de desaparecer.

Este diminuto marcapasos puede, un día, representar una alternativa para los pacientes que, por ejemplo, sufren bradicardia (frecuencia cardíaca lenta) de corta duración, tras una operación de corazón u otros problemas relacionados con ese órgano.

Su tamaño "minimiza la carga y los riesgos para el paciente. Estas características resultan especialmente útiles en pacientes pediátricos con cuerpos de pequeño tamaño y patrones de crecimiento rápido" y ofrece opciones en adultos para los que "las tecnologías convencionales no resultan adecuadas", señaló a Efe Yamin Zhang, primera firmante del estudio.

En los niños

Normalmente los niños solo necesitan una marcapasos temporal tras un intervención quirúrgica, pues en unos siete días el corazón de la mayoría se repara por sí solo, indica un comunicado del centro educativo.

El cordirector de estudio, Igor Efimov, destacó que la principal motivación del equipo eran los niños y recordó que alrededor del 1% nace con defectos cardíacos congénitos.

Efimov dijo que esta es "una solución de bajo costo", un marcapasos implantable "fácil de fabricar y un dispositivo portátil de bajo costo para controlarlo".

El marcapasos está totalmente implantado, lo que reduce el riesgo de infecciones y no requiere procedimientos adicionales para retirarlo porque se disuelve cuando ya no es necesario, destacó.

La terapia actual con marcapasos temporales requiere implantar un cable en el corazón conectado a un estimulador externo a través de una incisión en el costado de los pacientes, y luego hay que retirarlos también con cirugía.

El nuevo dispositivo emplea para su funcionamiento dos metales diferentes como electrodos que, al exponerse a los fluidos corporales, generan una corriente eléctrica, lo que elimina la necesidad de fuentes de energía externas o cables.

Su control depende de una unidad, también sin cables, que se pega a la piel del pecho y controla los parámetros vitales. Cuando esta detecta un latido irregular, emite un pulso luminoso que activa el marcapasos.

El prototipo, al ser tan pequeño, también posibilitaría distribuir varios por el corazón para permitir una sincronización más sofisticada que la estimulación tradicional y trabajar a ritmos diferentes para tratar arritmias.

Por el momento es un dispositivo experimental y "puede que dentro de unos años sea una realidad", señaló Zhang, a lo que Efimov agregó que tienen una empresa emergente, NuSera Biosystems, para desarrollarlo y comercializarlo.

Estos dispositivos miniaturizados pueden combinarse con otros implantes médicos y el equipo demostró en el estudio que puede integrarse con sistemas de sustitución transcatéter de la válvula aórtica, dijo Zhang.