El puñetazo que partió en dos el "boom latinoamericano"
LÍO. En México, en 1976, Vargas Llosa dejó con un ojo en tinta a García Márquez.
Un puñetazo motivado por los celos quebró de un plumazo la sólida amistad que unía a Mario Vargas Llosa y Gabriel García Márquez y partió en dos el grupo de escritores que formaban el conocido como boom latinoamericano, del que el peruano fue su último representante (también lo fueron Julio Cortázar y Carlos Fuentes o José Donoso, y luego Jorge Edwards, Miguel Ángel Asturias o Juan Carlos Onetti).
Todo ocurrió el 12 de febrero de 1976 en el Palacio de Bellas Artes de México D.F., donde se estrenaba el documental 'Supervivientes de los Andes', un evento al que los dos escritores acudían acompañados por sus esposas.
García Márquez y Vargas Llosa se habían conocido en el aeropuerto de Caracas en agosto de 1967. Con solo 31 años, el peruano era ya un escritor aclamado por la crítica, mientras que el colombiano, con 40, había logrado por fin el éxito editorial con 'Cien años de soledad', publicada ese año en Buenos Aires.
Se hicieron muy amigos, especialmente tras ser vecinos en Barcelona, donde recalaron junto a otros miembros del boom, como Fuentes o Donoso, todos bajo el cuidado de la agente literaria Carmen Balcells.
Pero el grupo de escritores dejó de vivir en Barcelona y empezaron las envidias por el mayor éxito que comenzaron a tener algunos de ellos o por el devenir de la revolución cubana, según dijo a Efe el periodista Xavi Ayén, autor del ensayo 'Aquellos años del boom'.
Tras Barcelona, Vargas Llosa y García Márquez continuaron su amistad en París, aunque en la capital francesa ya comenzaron los roces porque Gabo y su mujer, Mercedes Barcha, mediaron en los problemas conyugales entre el colombiano y su esposa, Patricia.
Así lo recordó Rodrigo Moya, amigo de Gabo, en un artículo que publicó en 2007 sobre el incidente del puñetazo, que acompañó con una fotografía del Nobel colombiano con el ojo morado a causa del incidente.
Es la única imagen que existe sobre el famoso puñetazo, realizada por Moya, fotógrafo mexicano de origen colombiano, que la tomó el 14 de febrero de 1976, dos días después del incidente, porque García Márquez quería tener "una constancia" de aquella agresión.
El fotógrafo le preguntó entonces al escritor qué había pasado y este fue "evasivo" y atribuyó la agresión a "las diferencias" que ya eran insalvables en la medida en que el autor peruano "se sumaba a ritmo acelerado al pensamiento de derecha".
Pero hay otras teorías sobre aquel puñetazo, ninguna confirmada porque los dos implicados decidieron mantener silencio sobre lo que pasó.
La versión del periodista hispano-peruano Francisco "Paco" Igartua, la que mayor fuerza ha tomado con el paso del tiempo, se remite a un origen en discrepancias sentimentales entre Vargas Llosa y su mujer.