Secciones

  • Portada
  • Actualidad
  • Opinión
  • Espectáculos
  • Clasificados
  • Cartelera y Tv
  • Deportes

La música cristiana atrae cada vez más a los artistas urbanos

MÚSICA. Cantantes como Yandel o Jay Wheeler han incursionado en el contenido religioso.
E-mail Compartir

Ya sea por razones espirituales o profesionales, artistas urbanos como Yandel, Wisin o Jay Wheeler se han atrevido a hacer un crossover musical al grabar temas de contenido religioso, una tendencia que no era habitual y que va en aumento entre los exponentes del reguetón.

Yandel, a pesar de no haber dejado la música secular para seguir el Evangelio como hicieron Daddy Yankee, Héctor "El Father" o Farruko, colaboró a finales del año pasado en la remezcla del tema Worthy Remix, de la cantante cristiana Blanca Reyes.

"Estoy dedicándole canciones a Papá Dios", afirmó a EFE el cantante, quien destacó que Worthy Remix contiene una "línea motivadora", y a la vez, "lleva un mensaje" positivo a la sociedad.

En el Coliseo de Puerto Rico, la sala escenario de los grandes conciertos de los reguetoneros, el próximo día 18 -Viernes Santo- se llevará a cabo el espectáculo musical "Uno: Una cruz, una iglesia, una fe", en el que más de una docena de cantantes cristianos actuarán, entre ellos Daniel Calveti.

Según admitió Yandel, cuando le hizo el acercamiento a Reyes para colaborar, sintió "un poco de temor, porque no quería que la gente diera una opinión" sobre la razón de este tema.

"Después me cuestioné por qué no lo podía hacer, si es para Dios… ¡Estás loco!", dijo el cantante de reguetón, un género que se caracteriza por líricas explícitas sobre sexo, drogas o violencia, alejadas de las temáticas tradicionales de la música cristiana.

En opinión de Reyes, la colaboración con Yandel no significa solamente "un momento de crossover" musical de un artista urbano con uno cristiano, sino que "es un testimonio de la creciente inclinación de los artistas urbanos latinos en explorar temas de fe y espiritualidad".

"Denominación de origen": la película que narra la disputa por la longaniza

CINE. El filme de Tomás Alzamora cuenta la "batalla" entre Chillán y San Carlos por este producto típico.
E-mail Compartir

Este 24 de abril se estrena en las salas de todo el país la última película de Tomás Alzamora, Denominación de origen, un filme sobre la identidad local, el ser comunidad y las personas que cohesionan a los movimientos sociales.

Ganadora del premio del público en los festivales de Buenos Aires y de Valdivia, la película tiene un elenco de amateurs de la actuación y se presenta bajo la forma de un documental que registra la disputa de la comuna de San Carlos por darle merecido sitial a su longaniza.

"Yo soy de San Carlos y acá la longaniza es un tema de identidad desde el nacimiento. Es un producto muy noble y popular porque es sabroso y con pocas lucas alcanzan a comer muchos, es un chorizo y pan, nada más, está en la boca de todo el pueblo, nadie queda afuera, es muy democrática. Y la película ocupa este contexto para hablar de cómo nos organizamos, y no solamente a nivel comunitario, es también un reflejo de la sociedad chilena, de nuestros parlamentarios, con guiño incluido al proceso constituyente", cuenta el director.

"La Luisa es nuestra única persona del elenco transplantada a San Carlos porque ella es de Valparaíso. La conocí en 2022 en la población Montedónico, haciendo un pituto de camarógrafo para un programa de televisión; ella lideraba unos huertos comunitarios. Yo ya estaba con este proyecto de película desde que en un inicio era sobre un candidato a concejal. Y conozco a la Luisa, la entrevisto, y empiezo a ver toda su fuerza, todo el trabajo que hace, y tenía un despliegue potente", explica Tomás Alzamora.

"A mí me llamaron desde la municipalidad que iban a hacer una entrevista y ahí conocí a Tomás, pero no lo tomé muy en cuenta, aunque igual me presté para el show: saludaba, hablaba sola mientras me grababa. A las dos semanas después Tomás me escribe y me dice que quiere hacer una película y lo primero que me pregunta es de dónde es la longaniza. Me puse a reír y le dije, "chuta, es de Chillán" y él me empieza a contar la historia que pasó en 2018 sobre la pelea entre San Carlos y Chillán. Y me preguntó si quería ser parte de la película, y en mi mente pensé que chuta, a lo mejor me van a estafar", cuenta radiante Luisa Marabolí, la protagonista.

"Yo tenía un guion más o menos escrito, pero cuando descubrí a la Luísa llamé al tiro a mi socio, a mi productor y le dije que había encontrado a la protagonista. Me fui a Valpo, hicimos un par de ejercicios, grabamos, entrevistamos, le dije que el proyecto era de mucha improvisación, entonces yo le tiraba alguna idea a la Luisa, y la Luisa que le cuesta hablar", agrega entre risas Tomás Almazora.

¿Y Luisa, tenías alguna experiencia actuando?

-Mira, yo años atrás empecé en el circo de la Fabiola Taylor, la Fabiola tenía una casa de remolienda acá en Valparaíso, en calle Uruguay, esas fueron las primeras cosas artísticas que hice.

¿Y te gustaba actuar?

-Sí, me gusta. Es que la vida de una siempre ha sido cómo encajar, y eso ha sido hacer de un personaje, así que no me costaba mucho.

Tres semanas

Luisa cuenta que se juntaron en playa Las Torpederas y allí conoció al reputado director de fotografía Sergio Armstrong y vio que la cosa iba en serio, más todavía cuando partió durante tres semanas a San Carlos a rodar.

Luisa, ¿cuándo empezaste a participar en organizaciones sociales?

-Fue para el megaincendio de 2014 acá en Valparaíso. En ese tiempo vivía en la población Las Cañas y con mi pareja perdimos la casa. Ahí empecé a pedir material de construcción y después hice un comedor cultural. Estuve ayudando y sin querer empecé a hacer obras sociales. La dirigencia social es como mucho blabla y luego son pocos los recursos que llegan, y siempre hay que concursar para todo. La película muestra bien de cerca lo que le pasa al dirigente social y su realidad de estar siempre trabajando para levantar los movimientos sociales, igual la encontré muy inocente y tiene mucho humor muy rápido, pero es un humor simple, un humor que tiene todo chileno. Y muchos pueblos tienen una trans, y muchos pueblos tienen una dirigente social.