Iglesia recibió el manto y cuadro de la Virgen de Ayquina tras finalizar visita
CATÓLICOS. Obispo presidió la eucaristía que reunió a cientos de fieles que agradecieron la instancia y que se enmarcó en la celebración del Jubileo.
Con un ambiente cargado de fe, gratitud y devoción, la comunidad de Calama despidió la visita de la imagen de Nuestra Señora Guadalupe de Ayquina, en una eucaristía celebrada en la Plaza 23 de Marzo, lugar en el que cientos de fieles se congregaron para vivir este encuentro con la Madre de Dios, en el marco del camino jubilar impulsado a nivel local por la Diócesis San Juan Bautista.
La celebración fue presidida por el obispo de Calama, monseñor Tomás Carrasco y concelebrada por el vicario pastoral, Rubén Valderrama y el párroco de la parroquia San Juan Bautista, José Plaza.
El presbítero Rubén Valderrama, quien junto a la Vicaría de Pastoral encabezó junto a distintas comisiones la organización de esta visita, reflexionó en torno a este encuentro de fe con la Madre Guadalupe de Ayquina. Destacó el mensaje pascual contenido en las lecturas del día, invitando a vivir con renovado fervor las virtudes de la fe, la esperanza y la caridad.
Por su parte, el obispo Tomás Carrasco agradeció de manera especial a la comunidad de Ayquina, resaltando el valor de la comunión eclesial vivida durante estos días. "Gracias por su fidelidad, por su dedicación, por su amor a la Virgen. Esta es una iglesia que se hace familia, no porque todos seamos iguales, sino porque todos desde nuestra misión nos unimos en el amor de Dios", señaló el pastor diocesano.
Manto
Durante la misa, se vivió uno de los momentos más significativo de esta visita con la entrega de un cuadro y un manto de la Virgen a la Diócesis y a cada una de las once parroquias de la ciudad, gesto que permitirá, según disponga cada sacerdote, bendecir a los fieles con estos símbolos de fe y protección mariana.
Un momento particularmente significativo se vivió cuando el obispo hizo pasar al escenario a don Héctor Ayavire, representante del pueblo de Ayquina, a quien reconoció públicamente por haber propuesto llevar la imagen a Calama, a pesar de no pertenecer a la fe católica. "Qué grande es cuando la fe traspasa las fronteras. Gracias por su testimonio, don Héctor", dijo monseñor Carrasco.
Asimismo, el obispo extendió sus agradecimientos al equipo de pastoral, sacerdotes, religiosas, jóvenes voluntarios, medios de comunicación y a todas las personas que colaboraron silenciosamente para que la visita de la Virgen se viviera como una verdadera fiesta de fe.