Promesas y acusaciones marcan cuenta atrás de los comicios británicos
Sondeos. Conservadores y laboristas siguen igualados a cuatro días de las elecciones. En ellas, la ciudadanía eligirá a los miembros de la Cámara de los Comunes y ésta a su vez designará al nuevo primer ministro.
Acusaciones cruzadas, advertencias al electorado y desafíos entre los líderes de los principales partidos dominaron ayer la campaña electoral a cuatro días de las elecciones generales en el Reino Unido.
El candidato conservador y primer ministro, David Cameron; el laborista, Ed Miliband, y el liberaldemócrata y viceprimer ministro, Nick Clegg, afinaron sus argumentos en un último esfuerzo por captar el voto antes de la cita de este jueves.
En el fin de semana previo a los comicios, las encuestas situaron a conservadores y laboristas muy igualados, con alrededor del 33% del sufragio, lo que indica que ninguno obtendrá la mayoría suficiente para gobernar en solitario.
Como partidos bisagra se perfilan el Liberal Demócrata, con cerca del 8% del apoyo; el eurófobo UKIP de Nigel Farage, en torno al 13%, y el SNP escocés, de Nicola Sturgeon, que obtiene un 49% en Escocia, única región donde se presenta.
Cameron urgió ayer a los británicos a votar "tácticamente" por "la persona que quieren como primer ministro" (él o Miliband, los únicos con opciones de ganar), en lugar de secundar a partidos minoritarios que podrían restarle apoyo.
El líder "tory" advirtió que Miliband pretende llevar al país "a la izquierda", con "más endeudamiento y más impuestos", y que lo hará con el apoyo de los independentistas escoceses. "Intenta negarlo, pero (según los sondeos) es un hecho que sólo puede convertirse en primer ministro con el apoyo" del Partido Nacionalista Escocés (SNP), dijo.
Sturgeon y Alex Salmond -artífice del referéndum de independencia escocés del 18 de septiembre de 2014 y que aspira a convertirse en diputado en Londres- "extraerán un alto precio por ese apoyo", "más deuda y más prestaciones sociales", lo que sería "una calamidad" para el Reino Unido, añadió Cameron.
Los conservadores han basado la última fase de su campaña en sembrar temor a una alianza entre los laboristas y el SNP, lo que llevó a Miliband a prometer que no entrará en ninguna coalición o pacto con los nacionalistas escoceses, que le han ofrecido apoyo a cambio de combatir la austeridad.
Sturgeon, cuyo partido podría obtener 50 de 59 escaños en liza en Escocia -a costa del voto laborista-, acusó a Miliband de haber cedido "al acoso de los 'tories'".
Por su parte, Miliband buscó elevar su credibilidad desvelando una piedra en la que aparecen grabadas las seis principales promesas laboristas, entre ellas rebajar de 9 mil a 6 mil libras (12.500 a 8.300 euros) el precio tope de las matrículas universitarias.
Nick Clegg, que en los últimos cinco años ha gobernado en minoría con los "tories", optó por posicionarse como socio clave de cualquier Gobierno minoritario, conservador o laborista. Fijó, sin embargo, ciertas condiciones para pactar, entre ellas más gasto en salud y un aumento de los sueldos de los empleados públicos.
650
Los comicios buscan elegir a los 650 miembros de la Cámara de los Comunes, que deberá nombrar nuevo premier.
33%
de los votos obtendrían tanto los conservadores como los laboristas en las elecciones, según un sondeo.
50 a 59
escaños podría obtener el Partido Nacionalista Escocés (SNP) a costa del voto laborista.
326
son los escaños necesarios para obtener la mayoría absoluta. Los sondeos no prevén que esto suceda.