Disyuntivas por el horario de invierno
Nos estamos acostumbrando a reclamar por todo y a cuestionar cualquier situación que se disponga o se decida. Es parte de la democracia, pero tendrá validez cuando se realice con argumentos, de una manera pacífica y sin denostar a otros, y lo que es peor, mucha veces anónimamente.
En estos últimos días se está generando una fuerte división por la medida adoptada en nuestro país de mantener un solo horario todo el año.
Si recordamos bien, cuando se adelantaba y atrasaba la hora gran parte de la población reclamaba por los efectos y que afectaba el reloj biológico, que el ahorro energético era ínfimo y que por qué mejor no se dejaba un solo horario.
Este año por primera vez se decide mantener el horario y ya han comenzado las críticas, los desacuerdos y las propuestas para volver atrás.
Y así está ocurriendo en muchas materias donde los acuerdos no están consensuados, en temas tan delicados como la reforma educacional, la carrera docente, la reforma laboral, una nueva Constitución.
En muchos casos hay que nadar contra la corriente, pero también es necesario que la comunidad sepa con claridad qué es lo que se propone cambiar, se difunda y analice para poder tomar una postura correcta, para tener argumentos, para poder defender bien lo que nos parece válido.
Resulta interesante conocer las diversas opiniones sobre variados temas, pero lo importante es que las resoluciones sean las mejores y adoptadas tras análisis maduros, serios, confiables y que sean en beneficio del mayor número de personas.
Es de esperar que la polémica que se está levantando con el huso horario termine en buen pie, se evalúe con argumentos científicos, se considere aspectos de la salud y seguridad de las personas y se pueda conocer la realidad de otros países al respecto.
Una vez conocido todos estos antecedentes, que se tomen las medidas correctas y bien informadas a toda la población, con la autoridad suficientes para que sea acatada por todos sin volver atrás nuevamente; de lo contrario nunca podremos avanzar en nada.