Cristián Venegas M.
Si bien se denominan "Ramadas Populares", lo cierto es que este año no hubo ninguna ramada en el complejo deportivo Las Vegas, lo que el presidente de la Asociación de Ramaderos de Calama, Juan Riveros, asegura se debe a la proliferación de eventos dieciocheros en los locales que funcionan en las parcelas, donde cree que no existe el nivel de fiscalización que deben sortear los 256 puestos que funcionan este año.
Problemática
"Estamos en desventaja con los numerosos locales que funcionan en las parcelas (muchos de ellos ex ramaderos), nosotros tenemos que hacer muchísimas inversiones, algunas sobre los 30 millones de pesos, y Sanidad irá a fiscalizar como viene todos los días acá", preguntó el dirigente.
"Todo esto -agregó- nos está haciendo daño, porque el permiso municipal es de $1.800.000, más $800.000 del Servicio Impuestos Internos, además tenemos que armar la ramada durante 15 días, contratar a 15 personas con un promedio de $30 mil diario de sueldo. A eso se suman 8 millones de pesos en carne, otros 8 en alcohol, entonces si uno suma hay que tener 30, 35 millones de pesos para una ramada, por eso este año no hay ninguna", explicó.
Riveros recordó que cuando las fondas estaban en avenida Chorrillos "había entre 12 y 14 ramadas y qué pasó, tenemos que respetar las exigencias, pero por ejemplo, el 17 de septiembre para la inauguración, vinieron y cortaron la luz a la 1 de la mañana y quién asume ese daño que nos hicieron, porque nos echaron a la gente para afuera. El año anterior fueron carabineros, aun cuando la ordenanza municipal dice que 18 y 19 es sin restricción".
El dirigente de los fonderos recalcó además que "con la Asociación ordenamos esto, no fue el alcalde de turno, el gobernador, Carabineros o la Policía de Investigaciones. Nosotros hacemos reuniones desde julio y no queremos pelear con nadie, pero se han vulnerado nuestros derechos", dijo Riveros, quien adelantó que "el próximo año sí van las ramadas, porque los ramaderos tendremos dos sí o sí, además tenemos varias ideas que queremos que sean agregadas a la ordenanza municipal que regula esta materia", sostuvo.
Patricia Correa lleva dos años trabajando con la esencia de cobra y el aceite de emú, con los que asegura se logra excelentes resultados sobre una serie de problemas musculares, óseos y de la piel. Su puesto, ubicado en el primer pasaje de las ramadas, sirve además para educar a sus clientes en técnicas de masaje.
Esta es la tercera vez que está en Calama, pues ya estuvo durante el aniversario de Calama, cuando participó en la Feploa, y hace unas semanas en la fiesta de Ayquina "para afianzas los lazos con los clientes que ya atendí", dijo, y agregó que "trabaja generalmente en eventos religiosos, hasta donde lleva sus productos naturales".
"Mi trabajo es, tanto como proporcionar los productos, entregar técnicas de masajes simples y sencillos, tratando de entregar bienestar, desestresando y cómo la gente puede practicar unos ejercicios en casa para proporcionar mayor descanso y confort", detalla.
Correa agrega que los resultados son muy buenos y "los he comprobado, por ejemplo el aceite de emú ($3.000) es muy bueno, es así que un niño con problemas de acné, tiene una solución rápida y efectiva, además sirve para las espinillas, cicatrices, manchas y alergias. La esencia de cobra ($3.000), en tanto, cuyo nombre obedece al fuerte impacto del producto sobre el cuerpo, ayuda en problemas de tendinitis, artrosis, artritis, lumbagos".