La "Maldición de Abaroa" revive ante ola de desastres naturales en nuestro país
CREENCIA. La leyenda urbana dice que mientras los territorios anexados a Chile durante la Guerra del Pacífico no sean devueltos a Bolivia no habrá paz en el país.
Aluviones, temporales y terremotos han afectado a nuestro país en los últimos años. Si bien sabemos que estos desastres naturales se producen por la posición geográfica y características de nuestro país, hay personas que creen en otro tipo de razones un poco más sobrenaturales.
Tal es el caso de algunos miembros de la comunidad boliviana, quienes aseguran que Chile se ve afectado por estas catástrofes por la Maldición del héroe boliviano, Eduardo Abaroa.
Abaroa
No hay muchos registros o información de esta maldición en sí. Sin embargo, la leyenda urbana o mito ha traspasado de generación en generación.
Eduardo Abaroa era un destacado personaje boliviano que residía en Calama en la época de la Guerra del Pacífico y resistió hasta el final en la Batalla de Topáter. Célebre es su frase ¡que se rinda su abuela, carajo!, cuando las tropas chilenas le pidieron su retirada. Y por su actuar en este hecho, es considerado un héroe en el país vecino.
En Calama el Ejército le rinde homenajes por su valentía, sin embargo, la comunidad boliviana cree que es una forma de rogar cada año que termine su maldición. Así lo asegura el profesor de Historia, chileno, de padres bolivianos, Marco Zurita: "llama la atención que el Ejército de Chile no deja de rendirle homenaje a Eduardo Abaroa cada 23 de marzo. La memoria de él es muy respetada en el destacamento calameño, quizás es una forma de pedirle que termine la maldición", dice Zurita.
La maldición
Según el profesor Marco Zurita y por los testimonios contados por descendientes de su bisabuelo, dueños de minas de estaño y plata en Bolivia, la leyenda dice que la noche anterior a la Batalla de Topáter, Abaroa y sus mineros entraron a un socavón de una pequeña mina de plata que le pertenecía.
Sin embargo, salió sólo Eduardo Abaroa de este socavón, quien habría realizado un pacto de sangre tan grande para que sus mineros yacieran muertos y ofrendados al "guardián del mundo subterráneo".
Al día siguiente, en la batalla, antes de ser fusilado, se dice que Abaroa declaró la maldición diciendo que no habrá paz en el país hasta que los territorios que eran de propiedad boliviana sean devueltos a la nación chilena.
Según Zurita, sería una explicación bastante válida, ya que la frecuencia de terremotos en el territorio antes y después de la Guerra del Pacífico sería considerable. "Contando el de Illapel, 42 terremotos de diversa magnitud se han vivido en el actual territorio chileno después de 1879. Y entre 1810 y 1879, en el territorio chileno de aquel entonces, apenas 6 terremotos se vivieron, 1 terremoto cada 12 años, antes de la Batalla de Calama y 1 terremoto cada 3 años, después de la Batalla de Calama", dice Zurita.
Visión chilena
Entre los historiadores y la población chilena esta maldición no es muy conocida. Sin embargo, el escritor y panelista del programa de UCV Televisión "Me Late", César Parra, dice que investigando visiones de Perú y Bolivia sobre la Guerra del Pacífico se encontró con esta leyenda que le llamó bastante la atención.
"Bolivia entiende de un modo distinto que el Ejército Chileno - como un gesto de buena voluntad- rinda homenaje a Abaroa y eso es en parte por esta leyenda urbana de la Maldición", dice César Parra.
Sin embargo, Parra recalca que esta leyenda nunca será aceptada oficialmente. "No es que los cónsules o Evo Morales la tomen como cierta, pero sí es un mito que corre muy fuerte en el país vecino", dice César.
César Parra dice que esta maldición habría sido solamente para el norte del país y, específicamente para el territorio que fue anexado luego de la Guerra del Pacífico y que los bolivianos podrían reafirmarlo por la serie de desastres naturales que se han sufrido últimamente.