Sin lugar a dudas, las casas de adobe que aún existen en nuestras ciudades son un grave peligro para la seguridad de las personas en casos de grandes sismos, pero junto a ellas se suman viviendas cuyas techumbres están recargadas de materiales que harán ceder su estructura.
Y esta última realidad es un grave problema que se vive en las ciudades del norte. Por este motivo la Oficina de Emergencia y Protección Civil de Calama, ha llamado a la población a tomar los resguardos.
Sería interesante poder identificar las viviendas -cerca de un 20 por ciento en Calama- que están en peligro por ser antiguas y de adobe, principalmente en sectores emblemáticos, para que la población pueda alejarse de ellas en caso de un terremoto.
Ante esta realidad, se aconseja no salir hacia la calle en caso de un sismo, salvo que la casa estén en riesgo. Hoy los puntos de seguridad están en el triángulo de la vida, que son lugares más seguros dentro de una vivienda.
Ante la predicción de un megasismo en la zona norte, las ciudades deben tomar los resguardos, y sobre todo información oportuna a la población para reforzar la seguridad ante una emergencia.
Respecto a las techumbres recargadas generalmente de escombros, debiera surgir una ordenanza con el fin que la cuidadanía limpie sus techos y de esta manera evitar el riesgo de derrumbe.
Las casas de adobe debieran estar identificadas para que la población se aleje de ellas cuando ocurran sismos de gran magnitud e incluso propiciar demoliciones en casos extremos.
Otro tema que ha sido expuesto es la falta de demarcación de zonas seguras, debido a que en Calama faltó planificación desde sus inicios, quedando con calles estrechas, veredas muy reducidas y carencia de plazas y parques suficientes para que la población pueda desplazarse en caso de una emergencia de gran magnitud.
Todas estas situaciones son posibles de solucionar en la medida que la comunidad se organice y las autoridades lideren los cambios necesarios.