Durante los últimos 20 años, los distintos Gobiernos han dado importantes pasos para reducir la pobreza en el país. Incluso, este año un estudio de la CEPAL sitúa a Chile como el segundo país de Latinoamérica con los niveles de pobreza más bajos, con cifras de un 7,8%, después de Uruguay que alcanzó un 5,7%. No obstante a estos números, los chilenos aún tenemos una gran deuda pendiente relacionada con la reducción de la desigualdad y con transformarnos en una sociedad más cohesionada e inclusiva.
Lamentablemente, la desigualdad en Chile tiene múltiples expresiones: ingresos, educación, salud, vivienda, oportunidades laborales, y género, son solo algunas, las que se traducen en que una gran cantidad de compatriotas -que según los índices manejados en el Sector Público- no viven en situación de pobreza, son vulnerables a ella y la viven día a día como un enemigo latente, ante por ejemplo, la pérdida del trabajo o una enfermedad grave.
Frente a este escenario, las empresas tenemos el deber de potenciar dentro de nuestros ecosistemas modelos de desarrollo de base, ya que la pobreza también puede estar asociada a la falta de información, conocimiento, habilidades o a la carencia de redes para buscar oportunidades. Pero en qué consiste este enfoque? Es simple, las grandes empresas necesitamos proveedores de productos y servicios y en ese sentido debemos tener la responsabilidad de incorporar a nuestras cadenas de valor a personas o comunidades de escasos recursos, lo que no significa sólo comprar sus productos, sino apoyar el emprendimiento de nuestros proveedores, entregándoles apoyo en sus procesos productivos, y dándoles formación, conocimiento, y potenciando sus habilidades.
El desarrollo de base se centra en tres pilares: empleos de calidad, educación y desarrollo económico productivo. En el primer pilar, a través de distintos programas hemos alcanzado más de un 80% de contratación local, construyendo un círculo virtuoso que apoya el desarrollo personal de cada empleado. En lo que respecta a educación, trabajamos en alianza con liceos polivalentes a lo largo de todo Chile para el perfeccionamiento de las carreras de alimentación industrial o colectiva.
Patricio Fernández,
Director de Comunicaciones y RSE de Sodexo