Los rotarios de esta tierra, de expresión de arco iris, donde están los cerros y montañas pintadas por los matices del cobre, del oro y del salitre, saludan con recogimiento y alborozo espiritual, a la esforzada y progresista ciudad de Calama, en sus 137 años de su incorporación a la soberanía nacional.
Recordamos la gloriosa efeméride del 23 de marzo de 1879, en que nuestra Patria, única, eterna, victoriosa; gritaba a borbotones por la sangre de sus soldados en el desierto y en las montañas, en las arenas y en las calles polvorientas, sosteniendo en alto su bandera.
Hoy Calama se viste de aniversario. Esta tierra generosa de historia y paisaje que mantiene el espíritu de Topáter, trasunta satisfacción por el deber cumplido, con honestidad, con pundonor, con esfuerzo alegre y con fecunda actividad para sus hijos que viven en esta tierra de "Sol y Cobre".
Sus pasos nunca fueron vacilantes ni tímidos. Pisó con enhiesto ritmo en la senda del progreso múltiple impulsada por la sabia conducción de timoneles íntegros, de "monitores" duros como el acero, en la sagrada tarea de hacerla más grata para su hijos.
Calama se abrió amplio camino, transformándose en el alero tibio y acogedor de la gente de trabajo que llegaban a esta ciudad enclavada en la precordillera de la Provincia El Loa.
Hoy cumple 137 años. Su espíritu tiene la reciedumbre de la madurez templada. Por esta razón hoy levanta su rostro con serena tranquilidad, con ancha satisfacción. Lo muestra y lo exhibe sin esconder temores ni debilidades. Su diáfana vida al servicio de Chile, de sus habitantes, se mueve en la pupila del cristal más puro y brilla en el destello de la luz más límpida.
Sabe Calama, que su existencia ha justificado las ilusiones de quienes se esmeraron por darle vida real. Está consciente que no ha defraudado esperanzas, ni que ha sembrado desencanto. Por el contrario, del esfuerzo sostenido y al ritmo del trabajo creador ha logrado espinarse hacia la cima del prestigio y consideración.
Arturo Mardones Segura,
Rotary Club Chuquicamata