Redacción
Los menores de edad al parecer no le temen a la acción de la justicia, porque cada vez se conocen más casos en los cuales actúan sin medir consecuencias, donde incluso utilizan armas de fuego para cometer sus fechorías.
Eso fue lo que ocurrió a plena luz del día en la capital provincial loína, donde un delincuente menor de edad intimidó a otro menor con una pistola y una piedra de gran tamaño, con la que se valió para quitarle sus pertenencias personales, en un robo que tendría insospechado desenlace.
Todo ocurrió en la tarde, a eso de las 16:30 horas, cuando un joven de 17 años se dirigía con toda calma hasta su domicilio ubicado en la calle Vasco da Gama de Calama. En esos momentos y en forma sorpresiva, apareció otro adolescente de 16 años, quien con una pistola en mano y en la otra una piedra de grandes dimensiones, amedrentó a su víctima, exigiéndole que le entregara sus pertenencias porque de lo contrario, no iba a pensar dos veces en dispararle.
El muchacho, con el temor lógico de una situación como ésta, decidió no oponer resistencia y entregar lo que llevaba: un jockey Adidas, un bolso deportivo y unas zapatillas.
El delincuente menor de edad salió corriendo con las cosas que acababa de robar, mientras que la víctima se fue apesadumbrada hasta su casa, la que quedaba sólo a metros del lugar donde acababa de ser asaltado.
Sin embargo, la víctima al llegar a la vivienda, le contó a una tía que se encontraba en el domicilio lo que le había ocurrido y ésta, lejos de lamentarse, tomó una decisión que podría calificarse como temeraria y peligrosa, pero que al final generó resultados eficaces.
La tía, una mujer de 35 años de edad, le preguntó a su sobrino las características físicas del delincuente, éste se las dio y ella no dudó en salir a su búsqueda con la esperanza de recuperar las pertenencias del menor.
Fue así como en un error el delincuente decidió entrar a una schopería cercana al lugar, en vez de huir con las cosas que había robado hasta una ubicación más lejana. Para su mala suerte, la tía del menor llegó hasta ese negocio de venta de alcohol, en el que reconoció que éste tenía las cosas de su sobrino y que correspondía a las características físicas que él le había dado respecto del ladrón que lo asaltó.
Sin mediar consecuencias, la mujer lo tomó del brazo y lo redujo. Una vez que lo tenía sujeto y el ladrón ya no ejercía resistencia, lo sacó del lugar, llevándolo hasta la esquina de Vasco da Gama con avenida Argentina. Les solicitó a algunos vecinos que sostuvieran al delincuente hasta que llegara Carabineros al lugar.
La policía, al llegar al lugar, verificó la certeza del relato y detuvo de inmediato al delincuente. Luego, se lo llevó a constatar lesiones al hospital Carlos Cisternas, donde se le diagnosticó contusiones faciales leves. Pese a sus 16 años de edad, el ladrón ya contaba con antecedentes penales. Quedó en custodia de Carabineros a la espera de ser citado por la justicia.