Existe en el mercado un número importante de artefactos que cumplen con los requisitos, cada uno de ellos con características propias que dificultan la selección, puesto que hay que considerar aspectos tales como: tipo de combustible, potencia, poder calórico (energía térmica), consumo, rango de calefacción, precio, estética, ubicación, sistemas de seguridad y salud.
Dada la amplia oferta de estufas que existe en el mercado, muchas veces se nos hace difícil la selección. Al precio hay que agregar otros elementos como: tipo de combustible a utilizar y su costo, poder calórico (cuánto calor produce la estufa), rango de calefacción (cuántos metros cuadrados calefacciona), estética, ubicación, sistemas de seguridad, mantención necesaria y cuidados en la salud de su familia (contaminación dentro del hogar).
Cotice y compare (tanto al contado como al crédito) antes de comprar su estufa. Ponga atención si el producto que está comprando tiene marcado un precio normal o de oferta, para luego verificar que le cobren en la boleta lo que corresponda.
Al comprar a crédito, fíjese en la cuota más los intereses asociados al crédito, ese será el total a pagar. Guarde y revise sus boletas y estados de cuenta para corroborar estos cargos.
No olvide su derecho a la garantía legal de tres meses, que ante fallas y con un documento que acredite la compra les entrega tres opciones: reparación gratuita, cambio por otro bien nuevo o la devolución del dinero.
Ojo con la mantención e instalación, recurra a un técnico para evitar accidentes. Las estufas a gas y parafina no son recomendadas para espacios con poca ventilación como baños y dormitorios.
Algunas estufas eléctricas no son recomendadas para baños dada la humedad ambiente.
Si en su familia hay niños o adultos mayores, prefiera la calefacción a gas o electricidad.
Si usa parafina, recuerde que se deben encender y apagar afuera de la casa, y mantener una adecuada ventilación para así evitar la contaminación domiciliaria.
Marcelo Miranda,
Director regional del Sernac