"El triunfo de la semana pasada sirvió para la fortaleza mental del equipo. Había una presión, pero hasta ahora se estaba manejando bien. Aunque había que manejar el tema de la frustración que se estaba empezando a sentir", confidencia el estratego loíno.
¿Y eso cómo se afronta con un grupo tan experimentado?
Con Rodrigo -Meléndez- fuimos muy abiertos y sinceros con ellos. Les dije a mis jugadores que no se merecían estar en el último lugar del campeonato. Que ellos eran para pelear otras cosas. Que tenían nivel y trabajo en estos meses para poder ganarle a cualquiera y eso, sumado a ciertos movimientos que fueron equilibrando más al equipo, sirvieron para poder tener una actuación maciza como ante La Serena.
Movimientos como por ejemplo, poner a Arturo Sanhueza unos metros más adelante...
Es que un día hicimos trabajo defensivo, él estuvo en ese grupo y nos dimos cuenta que él no siente esa función, que no la disfruta. Y con nosotros juega más arriba, porque es el puesto donde jugó siempre, donde él lo pasa bien en la cancha, donde se siente útil. Lo conversé con él y me dijo que se sentiría mejor más libre, unos metros más adelante. Uno como entrenador tiene que hacer que los jugadores experimentados jueguen donde se sienten bien. Y él nos devuelve esa confianza con un rendimiento como el que tuvo ese día contra La Serena.
Hay buena comunicación con los referentes del plantel...
Muchísima. Tanto Sanhueza como Cacace, Jiménez u Ormazábal nos han ayudado mucho a levantar al grupo y eso uno siempre lo agradece. La disposición de este grupo al trabajo es permanente y comprometida, pero uno puede manejar el equipo desde fuera. Dentro de la cancha necesita aliados y ellos están siendo muy importantes en esa función.
Ventaja de la altura
César Bravo va por todo, pero pone la pelota al piso. "Nadie se olvidó que Cobreloa sigue estando abajo en la tabla y que en casa necesitamos recuperar los puntos que se han perdido. Nos tocan partidos difíciles, pero siento que el grupo se convenció tras el triunfo con La Serena que tiene las armas para ganarle a cualquiera acá. Además, que hemos ido encontrando a jugadores que nos rinden en puestos donde lo habíamos pensado", dice el entrenador.
¿Como Matías López en la contención?
Varios. Él hace un trabajo muy importante en esa zona y conoce el sistema con el que jugamos. Pero utilizar a Silva abierto por un lado y a Parra por el otro, trabajando con dos centrodelanteros que se reparten el trabajo de arrastrar marcas, el equipo se ha hecho mucho más solvente y peligroso.
Y ahora tendrán otro aliado, porque empezaron las altas temperaturas en Calama, donde la altura para los visitantes se hace más complicada...
Es una ventaja y sin duda, con ese sistema que tenemos de ahogar al rival y obligarlo a salir y desprenderse rápido del balón para recuperarlo, sabemos que los rivales se van a complicar. Queremos que Rangers sea el primero en sentir ese rigor acá.
Ya lo vieron, ya analizaron su juego por videos...
Sí, son los beneficios de la tecnología. Grabamos a los rivales y grabamos nuestros trabajos para irnos corrigiendo. Ellos tienen un equipo con orden defensivo y con gente importante como Trecco, Pepe Pérez o lo que hacen los tres delanteros. Matías Campos López es peligroso. Sabemos cómo juegan, pero confiamos en que vamos a imponer nuestra forma de jugar. En que vamos a hacerles sentir la localía.
¿Preocupa el tema de los sueldos?
Para nosotros no tanto, porque en cadetes estuvimos varios meses sin recibir dinero. No es que nos dé lo mismo, pero la directiva se encontró con un embargo y por eso no pudo cumplir con el 100% y se comprometió a pagarlo con el plantel antes del partido con Rangers. Aunque claro, uno sabe que los jugadores tienen compromisos que cumplir...
Termina el entrenamiento del primer equipo y César Bravo se da el tiempo de irse a mirar el trabajo de las series menores. Como nuevo jefe técnico en Cobreloa, el DT está al tanto de todo. Coordina, habla con los jugadores de proyección e interactúa con los encargados de las inferiores. Un rol que lo tiene feliz, pero muy compenetrado en el desafío que tiene pendiente: sacar al equipo del último lugar de la tabla.