La apertura de la Plaza 23 de Marzo, coordinada por el municipio, fue como un regalo por adelantado para celebrar el 138° Aniversario de Calama. La comunidad la esperaba con mucha expectación, porque sentían su ausencia tras más de un año de cierre para remodelarla y modificarla completamente.

Si bien, aún no está terminada, faltan los detalles, ya se puede apreciar su estructura y diseño. Algunos discreparán por sí o por no, respecto a que si les gustó, pero queda en claro que es una obra moderna y que servirá para el solaz de los calameños.

Precisamente, al no estar terminada, se requiere del máximo compromiso de los calameños para cuidar sus instalaciones. No sentarse en los lugares no habilitados para ello, evitar andar en bicicleta y patines, no rayarla y por supuesto no destruirla.

Ese el compromiso que debe asumir todo hijo y avecindado en esta tierra. Se tienen que respetar los espacios públicos, porque son pocos y porque cuesta mucho mantenerlos y repararlos.

No se pueden olvidar todos los meses de estrecheces que la población debió soportar para ver concluida una obra.

Para muchos fue un verdadero sufrimiento y por lo mismo hoy se tienen que hacer los esfuerzos para mantener en buen estado lo construido.

Y de paso no repetir lo ocurrido con los refugios o paraderos peatonales los que no se alcanzaron a entregar y ya estaban destruidos.

La misión es cuidar y también denunciar a quienes dañan estos espacios, porque si no son capaces de respetar entonces tendrán que responder ante la justicia. Esta es una tarea de todos.

Más allá de quién lo hizo o quién lo presentó se debe destacar el esfuerzo por recuperar el centro y los espacios de encuentro para los calameños. Recuperarlos para la familia, la que con agrado volverá a encontrar en ellos, como la plaza, el lugar ideal para compartir.

Valió la pena esperar, porque hoy se cuenta con toda una infraestructura para compartir y ser escenario de hermosas actividades artísticas y culturales.

La capacidad de agradecer no parece ser una actitud espontánea del ser humano. El orgullo, la vanidad y el egoísmo caminan por nuestra vida y quieren imponerse en nuestras relaciones con los demás, y hacen de la gratitud una de sus primeras víctimas. Nos ponen a mirarnos demasiados a nosotros mismos y no nos dejan darnos cuenta de los méritos de los demás, de los favores y beneficios que de ellos recibimos.

Actualmente para los ejecutivos o dueños de empresas, un factor que puede convertirse en enemigo de la gratitud y el reconocimiento que deben a su gente es la rapidez. Hoy vivimos en un mundo apresurado, todo se necesita de manera inmediata y esto no nos da tiempo para detenernos a considerar lo que otros están haciendo, por nuestra empresa u organización, por lo mismo es fundamental que cada dueño, ejecutivo o encargado de recursos humanos de cada empresa esté alerta para descubrir y reconocer los méritos y aportes de sus subalternos y asociados.

Muchas veces son cosas sencillas, que para muchos parecerían ser insignificantes, es aquí donde entra a jugar la sensibilidad de espíritu y percepción inteligente de detalles tan necesarios en un líder, por esto debemos afirmar nuestros sentidos interiores para ampliar y fortalecer la capacidad de admirar y agradecer, dos cualidades indispensables en todo buen líder.

Como gremio, agrupamos una serie de empresas, las que a su vez tienen trabajando a personas para diferentes labores, las que en su conjunto contribuyen al logro de sus metas planteadas, por esto se pone el mayor énfasis en la necesidad de tomar en consideración a las personas como el principal activo de una organización y no como un recurso más, en la medida en que el éxito de aquéllas, depende de lograr y aprovechar al máximo el talento, las capacidades y potencialidades de las personas y su capacidad de funcionar en equipo.

El llamado es al reconocimiento, tanto de las empresas como de los trabajadores a esos momentos e instancias de buenas prácticas, a reconocer mutuamente los logros obtenidos, a que los empresarios entiendan lo importante de un liderazgo positivo, y que los trabajadores firmen ese compromiso de aportar al desarrollo de su fuente laboral. Estamos en una zona donde las empresas entregan oportunidades y beneficios que no existen en otro lugar, la misión es a mantenerlos y mejorarlos, llamando al reconocimiento mutuo para el firme crecimiento de Calama y la región.