Años atrás la preocupación era la obesidad en niños de octavo básico y primero medio, pero con el correr del tiempo este problema ha llegado a pequeños de prekínder a primero básico, lo que claramente refleja una despreocupación de los padres en la forma de alimentar a los niños.
De acuerdo a las percepciones de pediatras, se ve poco interés de los padres en fomentar en los pequeños el consumo de alimentos naturales, como frutas y verduras, y lo que es peor muchas veces motivado por los propios padres, que también prefieren alimentos llamados "chatarra" en vez de la comida sana.
Que casi la mitad de los niños entre cinco y siete años tenga sobrepeso u obesidad, es una cifra preocupante en nuestra región y requiere de una campaña de información a las familias con el fin de orientarlos para una alimentación saludable.
Según el mapeo realizado por la Junaeb, en prekínder el 25,2% tiene sobrepeso y el 19,6% obesidad, y es la tónica en las otras edades.
Todos sabemos que la obesidad es sinónimo de enfermedades asociadas al exceso de peso en el cuerpo, el aumento de grasas y otros problemas que se suman a esta enfermedad. La obesidad está directamente ligada a las costumbres alimenticias, por lo que la familia es clave en detener este problema en los niños.
Quizás las enfermedades no se manifiesten tempranamente, pero son serios candidatos a sufrir hipertensión o diabetes cuando sean adultos, entre otros males crónicos que pueden sufrir asociados a la obesidad.
Lamentablemente las cifras de la Organización Mundial de la Salud no nos favorecen, porque nuestro país está en el primer lugar en prevalencia de sobrepeso en Latinoamérica, con un 63% de sus adultos luchando para bajar de peso.
Los esfuerzos hechos hasta hoy no son suficientes y se requiere con urgencia cambiar los hábitos alimenticios de la familia, seguir trabajando en el incentivo de la educación física entre otros, para poder corregir este mal que nos aqueja.