El descuido con el que ha crecido el centro de Calama ha aportado para que el patrimonio arquitectónico de la ciudad se vaya perdiendo. Son pocos los edificios o casas antiguas, que encerraron la historia de los albores de esta urbe, que aún se mantienen en pie.
Esta realidad es la que enfrentan las actuales autoridades, quienes saben que es necesario poner en valor lo que existe en ese ámbito y relevar los aspectos que están más presentes.
En este sentido el alcalde Daniel Agusto, reconoce que durante su gestión harán los esfuerzos necesarios para fortalecer la labor de rescate patrimonial, enfocada en convertirla en una alternativa turística y segundo para reforzar la identidad y fomentar el arraigo en la comuna.
Ambas particularidades son relevantes, porque ya se ha hecho muy necesario diversificar la matriz económica de la zona y el turismo posee un potencial enorme para desarrollar.
Al promover lugares, paisajes y sectores de riqueza ancestral, no sólo se contribuye al turismo también se logra que los habitantes se interesen en la historia de la ciudad desde tiempos ancestrales, pasando por la fundación hasta nuestros días.
Son realidades que van de la mano y que de ser bien trabajadas por las autoridades y las organizaciones del rubro, se podría crear una estrategia que permita desarrollar económicamente el turismo y también impregnar de identidad a sus propios habitantes.
La idea no es nueva, pero hoy se presenta con nuevos bríos y sintonía entre los involucrados. Incluso desde la misma estatal Codelco se coincidió en que el campamento, que ya fue declarado como zona típica, necesita abrir con mayor regularidad sus puertas a la visita de turistas y exhabitantes. No sólo para las grandes fechas como ocurre hoy.
Si se logran sumar intereses, es posible crear circuitos urbanos en Calama y Chuquicamata, y a ellos sumarles los pueblos andinos. Con ello presentar una oferta atractiva y tener el turismo a un aliado económico y de necesaria pertenencia.