Para la arquitectura el detalle es lo que da carácter. Para Mies Van Der Rohe (arquitecto de gran influencia contemporánea), "Dios está en los detalles". Si esta frase fuera cierta… el Paseo Ramírez necesita urgente un exorcismo.
Dejando de lado el tema de la ausencia absoluta de iconografía típica de la zona o alguna escultura digna del paseo que -supongo- deberían aparecer en el tiempo, no puedo callar con la falta de criterio, supervisión y -sobre todo- del saber hacer. Partamos por lo más grande: los "arboles de acero". La monotonía (monocromáticos) y repetición de estas estructuras idénticas a lo largo de 3 cuadras hacen insufrible la caminata ¿Por qué no los pintan de color? ¿por qué la luz no aparece en forma de fruto colgante?... en fin. El cono de sombra de estos árboles (sombra proyectada) a mediodía (entre 10 y 15 horas) se proyecta sobre las fachadas del lado sur del paseo. O sea, las persianas color café instaladas en estos "árboles" (que ya están "guateadas") son adornos para las personas, ya que no arrojan su sombra sobre los asientos que existen bajo esta mole de acero. La nueva identidad de este paseo se la juega en una mega estructura, pesada, de acero para dar sombra a personas ¿y la sombra se da sobre las fachadas 5 metros más allá?
Ufff. Sigamos. Los quioscos pegados a las "piletas de basura" poseen unos detalles constructivos dignos de una toma: aleros mal terminados, techo de zinc a la vista, revestimiento de piedra mal hecho, y un largo etc. Respecto a los pisos: existen pisos de maderas en un desnivel irrisorio, solo para tropezarse, y pésimamente vitrificados, que se mimetizan con el color hormigón. La unión entre las diversas materialidades del piso: hormigón, baldosas, mármol y madera, en varios puntos aparece una pasta dispareja, a veces con exceso y otras con falta, redundando en una terminación poco feliz. Para qué hablar de la transición del nuevo piso con el piso existente de todas las construcciones y locales comerciales del paseo. Y como guinda de la torta… los cables con sus respectivos postes. Una invasión visual de pésimo gusto.
Esto no es solo responsabilidad de la empresa que lo construyó. Es de quién paga, por lo tanto- de quién debe supervisar, con capacidad y conocimiento para exigir el mejor resultado.
Se lucha tanto para conseguir recursos para renovar y mejorar la calidad de los espacios, y tener una mejor ciudad… pero no existe el mismo empeño ni celo para finiquitar.
Es triste. Personalmente quiero ver los pequeños detalles que harían un paseo Ramírez un poco mejor. Aunque sean imperceptibles.
Inmigrantes
Día del Patrimonio
Nuevos museos, de iniciativa libre y espontánea, abrieron sus puertas recibiendo visitantes como lo fue "El museo de la Guerra del Pacífico" de Marcelo Villalba, siendo uno de muchos que se sumaron a esta fiesta.
Sin embargo, en todo Chile, no tan sólo en Santiago, la historia y nuestra tradición llenó las calles, en forma pacífica y sin buscar otro objetivo de hacer esta instancia un punto de encuentro y paz.
Una hermosa forma de culminar este mes de mayo, aquel que nos contagia con la gloria de la Rada de Iquique y sus héroes de Valparaíso, Antofagasta, Chiloé, Concepción y un sinfín de ciudades y pueblos que nos hace recordar que la Patria es una, es grande y libre.
Cambio climático
¿Quién percibe un detalle? Un dulce de la abuela, un beso de la mamá, un "buenos días", un "gracias" o abrir la puerta a un desconocido, dar la pasada en un cruce, etc. El detalle es lo imperceptible en lo cotidiano, pero que hace este mundo un poco mejor.
Manuel Duque Sepúlveda, arquitecto
Los inmigrantes vienen a Chile porque en sus países el intervencionismo fracasó. Vienen a Chile porque nuestro sistema económico brinda más estabilidad y progreso que los comparados en la región. Es irónico que quienes más pregonan en discurso darles la bienvenida, quieran destruir la razón del por qué vienen acá en un primer lugar.
Joaquín Rodríguez
Nuevamente el "Día del Patrimonio" nos convoca a un encuentro con nuestra historia y cultura. Edificios históricos y museos abrieron sus puertas en pleno para los habitantes de nuestro país, voluntarios comprometidos guiaron a visitantes entre el legado de diferentes rincones y contaron la historia patria con entusiasmo y alegría.
Francisco Sánchez
Resulta sorprendente observar cómo ha cambiado el clima en Antofagasta, en Chile y el mundo. En verdad, da miedo pensar que estos efectos seguirán aumentando en el tiempo. Huracanes, lluvias agresivas, calores insoportables. Y lo peor es que los humanos somos los responsables. Estamos en una carrera contra el tiempo y si no hacemos algo rápido, esto se nos puede ir de las manos.
Julia Avendaño
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