Esta semana el Senado de la República aprobó el proyecto de ley que fortalece la protección de los derechos de los consumidores, paso muy relevante en su camino legislativo para convertirse en Ley. Esta iniciativa, que lleva más de tres años de tramitación, una vez aprobada, será un punto de inflexión en la relación que tienen los consumidores con las empresas en nuestro país.

Este proyecto es el avance más importante en materia de protección de los derechos de los consumidores en los últimos años, sólo comparable con la creación del Sernac en 1990 o con la promulgación de la Ley de Protección de los Derechos de los Consumidores en 1997.

Esta iniciativa permitirá generar procedimientos más rápidos y eficaces, establecer multas disuasorias, pero además, fortalecerá a la sociedad civil, a través de las asociaciones de consumidores, para trabajar juntos por una cultura de respeto de los derechos y prevención de los abusos.

Este proyecto crea nuevas instancias, como la conciliación, y fortalece otras, como los procedimientos voluntarios colectivos. Además, reconoce la posibilidad de reclamar el daño moral en los procedimientos colectivos.

Asimismo, con la aprobación del proyecto de ley, las empresas estarán obligadas a responder los reclamos y el Sernac podrá prevenir incumplimientos e infracciones a la Ley, pues contará con facultades fiscalizadoras.

Adicionalmente, la facultad del Sernac de dictar normas, permitirá que las empresas tengan un marco conocido para ordenar su comportamiento, lo que redundará en un beneficio para los consumidores.

El Sernac también podrá iniciar un procedimiento sancionatorio para imponer multas a las empresas que no reparen adecuadamente a los consumidores. El consumidor siempre podrá elegir entre ir al tribunal o al Servicio, pero en este último caso el procedimiento será completamente gratuito para él.

Este proyecto entrega al Sernac recursos para responder de manera más efectiva a las necesidades de los ciudadanos consumidores.

Marcelo Miranda,

Director regional del Sernac

Recién en los últimos años se ha tomado en cuenta la importancia de la riqueza patrimonial de Calama y que está esparcida en muchos de los rincones de su actual territorio. No sólo con claros vestigios, como la alfarería y tejidos, sino con grabados en rocas y cerros aledaños, donde se grafica como se vivía hace miles de años.

Tal vez la relevancia que adquirió San Pedro de Atacama, gracias a la labor arqueológica del sacerdote Gustavo Le Paige, dejó de lado a Calama, que para muchos historiadores encierra un legado patrimonial incluso más importante y rico que el sampedrino.

Ese pensamiento finalmente fue entendido e internalizado por privados y autoridades, quienes concordaron que la historia del desierto nortino tiene en Calama una gran fuente de conocimiento.

En este sentido es primordial contar con un museo que recoja y conserve cada una de las piezas que por años fueron encontradas y resguardadas, no en las mejores condiciones, en alguna bodega de la Corporación Cultural.

Hoy esas más de 2 mil piezas están prontas a ser exhibidas en el Museo de Historia Natural y Cultural del Parque El Loa, donde se montarán salas en las que se hará un recorrido desde los primeros habitantes de la zona, su importancia en los asentamientos, en el comercio y cómo generaron la plataforma de lo que hoy es la provincia El Loa.

Según el director de Museos y Patrimonios de la Corporación Cultural de Calama Osvaldo Rojas, en Calama hay importantes eslabones que nos cuentan la presencia de la vida en la tierra. "Además que existe una ocupación humana única, en la que tenemos la historia del hombre con sus primeras herramientas y el tosco trabajo en piedra, hasta el desarrollo minero industrial del siglo XX", destacó el historiador.

Este museo está próximo a inaugurarse, una vez que reciba los recursos faltantes, y se convertirá en un centro para el conocimiento de las futuras generaciones, quienes podrán recorrer la historia loína en cuatro estaciones, pero además se podrá fomentar el sentido de pertenencia en el calameño.