La derrota de Cobreloa, en calidad de local, frente a Unión San Felipe desencadenó una serie de reacciones por el pobre rendimiento de los jugadores, incluso el presidente de la institución llegó a decir de que si de él dependiera "cambiaría a todos".
Es innegable, que se atraviesa por una crisis que si no es bien enfrentada se puede agravar y las consecuencias pueden ser nefastas para los afanes de ascender a la Primera A y consolidar un proceso que ha sido lento y pedregoso debido a los problemas económicos.
Hubo que hacer un saneamiento de las finanzas sin dejar de lado el objetivo de regresar al fútbol de honor. Esto obligó a formar planteles más austeros pero competitivos.
Hoy existe cierta holgura económica, tampoco para saltar de alegría, pero que posibilita realizar una mayor inversión amparada en los años en segunda división (3) y en la necesidad de recuperar el antiguo sitial.
Lamentablemente los resultados no han acompañado a los mineros y hoy marchan en el quinto lugar de la tabla, a nueve puntos del líder. Una distancia que en el papel pareciera remontable si es que existiera un alza en el rendimiento del equipo.
Y, precisamente, eso es lo que la hinchada naranja espera. Que haya un cambio de mentalidad y que éste sea demostrado en el terreno de juego.
Las condiciones de los jugadores y cuerpo técnico están, sólo falta que pueda crecer ese "hambre" de triunfo y el compromiso por ir sumando puntos partido a partido. Tener la convicción que están dadas las instancias para ejercer su supremacía sobre los rivales, especialmente en los partidos de visitante.
Se espera que la directiva vuelva a reunirse con el cuerpo técnico y se definan plazos y prioridades. Partiendo por la necesidad de mejorar el rendimiento y retomar antiguas campañas en las que era muy difícil restar puntos a Cobreloa.
Existe el material humano y las condiciones de trabajo son las óptimas, pero es necesario que los jugadores entiendan la importancia de estar en Cobreloa y se entreguen al máximo por el objetivo de volver al fútbol de honor.