De acuerdo a las bases del balompié nacional, los clubes deben cumplir con la denominada "Regla sub-20", esto quiere decir que los equipos deben nominar al menos a dos juveniles (ambos nacidos a partir del 01 de enero de 1999, o bien, uno de ellos nacido a partir del 01 de enero de 1998) para cada partido y en sumatoria, dichos canteranos deben jugar al menos 1.350 minutos.

Revisando la página oficial de la ANFP, los clubes de la Primera "B" han puesto su empeño para cumplir con el reglamento, aunque hay tres equipos que al término de la fecha 12, han superado la barrera de los 1.000 minutos: Unión San Felipe, Ñublense de Chillán y Deportes Copiapó.

Allí se desprende que Cobreloa marcha en la medianía de la tabla, con un total de 756 minutos cumplidos y restando 594 para alcanzar el promedio que se exige en los 30 partidos de promedio, una cifra que aumenta reglamentariamente a medida que un club juega liguilla o final por ascenso. En el caso de los mineros loínos, el lateral Diego Soto es quien más aporta a la regla sub 21 con 616 minutos. Los otros tres jugadores utilizados son Axl Ríos, Fabián Quilaleo y Kevin Mundaca.

Los equipos que más echaron mano de la cantera, han sido los elencos de Unión San Felipe y Ñublense, que al igual que el "León" de Atacama, han superado la barrera de los 1.000 minutos, sumando ambas escuadras 1.080 minutos.

Los chillanejos han utilizado a tres juveniles, mientras que los del Aconcagua han dispuesto de siete jugadores, siendo el equipo de la división de plata del fútbol chileno que más juveniles ha utilizado.

En la otra vereda, los conjuntos que menos minutos han sumado con sus canteranos, son Deportes Temuco, que registra 553 minutos con dos jugadores, Santiago Morning, que aparece con 420 minutos disputados por tres sub-21 y Deportes Melipilla, que solo llevan 407 minutos entre dos futbolistas.