Cobreloa triste
El centralismo, en lo deportivo, una vez más nos obliga a sumar una demanda más: el fútbol es un componente para nuestra calidad de vida en nuestro Calama tan olvidado por el abandono desde la capital de Chile, pero una culpa del Club que no ha estado a la altura de lo prometido en campaña para este año 2019.
Los jugadores y DT no respondieron a lo esperado, ya que de nada sirvió ganar la primera rueda, con un importante ahorro en goles y puntos que fueron perdidos con un pésimo rendimiento en la segunda rueda.
Si aquello se hubiera mantenido, Cobreloa estaría siendo el "ascendido", pero hoy es historia . El DT desarmó la base del equipo y lo propuesto no fue progreso, seguimos quedándonos con la final de diciembre de 2018 con el ex-jugador y DT del año pasado, el señor Rodrigo Meléndez, con una planilla muy distinta a la actual.
La directiva debió defender el tramo ganado en la primera rueda en estas reuniones de la ANFP. Wanderers no ganó nada, solo puntero en la segunda rueda.
Cuidado con las nuevas normas, con las nuevas contrataciones, con el DT u otro que tome al plantel. Cobreloa es grande y tenemos que saber llegar a diciembre de 2020 y a Primera División.
Rinehart Villegas C.
Reconstrucción inclusiva
En el Día Internacional de la Discapacidad (3 de diciembre) y en un momento clave para Chile, las personas con discapacidad han estado invisibilizadas. En los acuerdos y pactos, al menos comunicacionalmente, no han sido considerados. Estamos hablando de los derechos de más de 2 millones 600 mil personas.
Las personas con discapacidad no han estado en las marchas, no han estado en los petitorios de las organizaciones ni en las respuestas del Gobierno o del Congreso. Tampoco están en la conciencia de aquellos que han destruido infraestructura y servicios, que con tanto esfuerzo alcanzamos para lograr un camino de inclusión efectiva. La destrucción de un ascensor o el cierre de una farmacia en una comuna distante, atenta contra sus derechos humanos.
Pero esta crisis no es, sino una oportunidad. Al momento de reconstruir hagámoslo desde una mirada inclusiva. Pongámonos en el lugar del que no camina, no ve o no escucha, o cualquiera sea su discapacidad. Si pensamos en todo chileno al momento de pensar en la reconstrucción, tendremos un Chile inclusivo donde todos puedan participar y no dejaremos postergado a nadie. Ese es el piso mínimo que las personas con discapacidad de Chile necesitan.
Andrea Zondek, presidenta Fundación TACAL
Crisis nacional
Lamentable que a treinta años de recuperación de la democracia, los cambios para mejorar la sociedad y la condición de vida de las personas solo se logra por la presión y movilización ciudadana y tampoco con violencia y alteración del orden público, daño a las personas y a la propiedad.
Legítimo es hacer sentir el descontento ciudadano para intentar poner en discusión temas relevantes que aquejan a las personas con la ilusión de al menos ser escuchados por las autoridades políticas que en algún momento comprometieron su palabra en euforia de campaña ante los pobladores, pero luego las olvidaron. Se endiosaron por tres o siete años dejando el último para renovar discursos y compromisos que muy luego nuevamente olvidarán o no podrán cumplir por falta de competencias.
Calama, al igual que el resto del país tiene problemas que no están ocultos, son del cada día, pero solo los perciben los que los sufren. Desgraciadamente quienes tienen las herramientas para solucionarlos los ignoran, incluso los ocultan, seguramente porque terminarán trasladando sus familias a otros lugares.
El estallido social en desarrollo es justamente por estas situaciones, pero preocupa que quienes hoy intentan poner solución a los problemas ciudadanos se comprometan ahora sí a solucionarlos ¿Cómo lo harán si no han tenido sintonía con la ciudadanía, o es solo una nueva forma engañosa de discurso?, no conocen el notable empobrecimiento de nuestra ciudad en los últimos años y el porqué del éxodo de calameños, no saben el nocivo impacto de los trabajadores conmutados en nuestra ciudad, no saben la triste realidad de los casos de cáncer que aquejan a calameños y nuestro nuevo flamante hospital no tiene siquiera una unidad de prevención del cáncer, no tenemos especialistas y hay personas esperando una hora médica desde el año 2016 y nadie se ha preocupado, en la región la cobertura para el tratamiento de cáncer solo alcanza para el 50%, seguro piensan son intocables.
Los señores parlamentarios y toda la clase política hoy tienen la oportunidad de responder a la ciudadanía y cobrar su sueldo con dignidad, se debe crear una mesa ciudadana para plantear los temas que afligen a los calameños y crear una estrategia con visión de solución. Reaccionen autoridades la ciudadanía así lo espera. Calama la otrora ciudad de sol y cobre hoy es la ciudad de cesantía, empobrecimiento y cáncer.
Alfredo Soto Hilaja