Es la primera generación de egresados del Don Bosco de Calama, 141 estudiantes que crecieron junto con su colegio, pues la mayoría ingresó en 2016, mientras se construía e implementaban cada uno de los pabellones de un proyecto educativo, liderado por la Congregación Salesiana, con orientación técnico profesional, inclusivo, mixto y con prioridad en jóvenes con riesgo y vulnerabilidad social, que conforman 84% de su matrícula.
Proyecto que abrió sus puertas gracias al trabajo de la Asociación de Industriales de Antofagasta (AIA) y desde sus inicios contó con el apoyo de Minera El Abra, filial de Freeport-McMoRan, junto a otras empresas del área cuprífera.
"Nos comprometimos desde el principio. Financiamos parte de la construcción del colegio, hemos realizado clases magistrales a los estudiantes, así como aporte en equipamiento. Ahora veremos cómo apoyamos a la generación que se está graduando en su desarrollo profesional", sostuvo el gerente general de Operaciones, Boris Medina, tras la ceremonia que congregó a decenas de familiares de esta primera promoción de egresados 2019.
La iniciativa de implementar el Colegio Don Bosco Calama parte en 2011 cuando la AIA comenzó a explorar la posibilidad de poder construir, en la ciudad, un colegio que entregara educación integral a los jóvenes de la provincia El Loa, el cual se concretó gracias a diversos socios estratégicos.
"Minera El Abra y Codelco son empresas que han estado desde el inicio con nosotros, apoyándonos en la construcción y apoyándonos también en esta última etapa, en el proceso educativo técnico - profesional de los estudiantes, lo que se agradece con mucha fuerza", señaló, por su parte, el gerente general de la AIA, Fernando Cortez Guerra.
Crecieron juntos
El Colegio Don Bosco de Calama entrega las especialidades de explotación minera, mecánica industrial y electricidad y es una institución que recibe alumnos de mucho esfuerzo.
"Son chiquillos que ven que hay personas y empresas que ayudan a que este proyecto siga. Ellos iniciaron su etapa cuando en el colegio había sólo dos edificios, ahora tenemos más de cuatro y vieron que no era fácil surgir y aprendieron desde ahí el cómo hacer la casa, cómo armar la familia", destacó lo vivido por los alumnos el padre Julio Orrego, director del establecimiento.
Alonso Flores, egresado de la carrera de explotación minera, es uno de los jóvenes que terminó su enseñanza secundaria en el Don Bosco, del que dijo sentirse orgulloso, ahora como exalumno.
"La verdad que es un momento triste también. Uno empezó con un simple edificio y un hall y ahora uno lo ve con un comedor, patio de talleres y de verdad que es admirable lo que están haciendo las empresas, porque siendo un colegio gratuito y que absorbe a todos los niños de bajos recursos, uno dice que este proyecto va para largo y que es estupendo", expresó Flores.