La limpieza de las calles y espacios públicos, en general, contribuye a mejorar el paisaje, ambiente, entorno y salubridad, y por consecuencia calidad de vida, para todos los habitantes de la ciudad. Incluso hay estudios que aseveran que contribuyen a focalizar y reducir el estrés.
Sin embargo, en Calama constantemente nos enfrentamos a acumulación de basura en áreas urbanas y rurales, sectores residenciales e industriales. En fin, en todo el entorno comunal.
También así se puede encontrar el diagnóstico realizado por la Subsecretaria de Desarrollo Regional y Administrativo en 40 comunas de Chile en 2017, en el que Calama aparece dentro de las 15 que generan mayor cantidad de residuos, con 1,06 kilos de basura cada día.
Pero es necesario que como habitantes de estas tierras asumamos que el tema de la limpieza no es un problema de "otros". Sino que es deber de todos quienes vivimos en Calama, y trabajamos en Calama o sus alrededores, de hacer de la limpieza una responsabilidad compartida.
Es necesario reconocer la realidad de la ciudad y, a partir de esta, ocuparnos de cómo evitamos que la basura se adueñe de nuestras calles. A modo de ejemplo, entre muchos, tenemos a los perros vagos, que merodean cada rincón de Calama. Pero sabiendo que ellos están acá, los vecinos sacan la basura de sus casas en bolsas plástica y las dejan a nivel de suelo. Resultado: basura esparcida por todos lados.
¿No bastaría entonces con ubicar las bolsas de basura a una altura que dificulte a los perros romperlas?... o ¿tal vez solo sacarlas en el horario en que pasan los camiones municipales retirándola?
Este ejemplo hace referencia al primer paso en la cadena de la limpieza de la ciudad: partir por casa, o como decía un viejo slogan que hasta hoy es usado: "Si no ayuda a limpiar, no ayude a ensuciar".
En esta cadena de la responsabilidad por la limpieza de la ciudad también se debe hacer un llamado a quienes definen las construcciones en esta ciudad desértica, en las cuales no es suficiente el modelo "estándar" usado en el resto de Chile.
Requerimos mobiliario urbano adecuado para la limpieza de nuestras calles, un sistema de recolección de basura eficiente, espacios públicos sombreados y con vegetación que se pueda mantener sustentablemente y no fomente la acumulación de desperdicios.
Alfonso Sánchez Díaz,