Judicialización: La nueva vía para resolver el problema entre MAF y la directiva loína
TRIBUNALES. Al no existir intervención de ningún mediador en la pugna entre el entrenador de Cobreloa y el club y ante la imposibilidad de despedirlo mientras esté bajo el sistema de seguro de cesantía, las partes deberán buscar una pronta salida.
Mientras Marco Antonio Figueroa insiste en los descargos vía Twitter asegurando que el directorio miente y que su ayudante técnico, Andrés Rozo es testigo de un supuesto despido al cuerpo técnico por parte del club, en el directorio mantienen silencio y reafirman que los siete directores presentes en la reunión del jueves pasado pueden atestiguar que sólo se le advirtió la falta de confianza y que su situación laboral está suspendida bajo la forma de la Ley 21227, que lo obliga a pagarse mediante el seguro de cesantía y sin complementar los dineros restantes, como sí se hará con los jugadores que están en el sistema de la AFC.
El quiebre es definitivo y hoy pasa netamente por un tema monetario. El entrenador afirma que quiere seguir y quiere que le paguen. Sus señales y mensajes por redes sociales dicen lo contrario. Mientras, el directorio apela a que la situación se desgaste al punto de que se deban sentar a negociar.
Allí aparece una cuarta vía de solución al conflicto. La primera, despedir al técnico está prácticamente descartada por parte de la regencia naranja, así como la segunda, con una eventual renuncia de MAF.
Considerando que la tercera, la de conseguir acuerdos públicos -pese a la desconfianza de ambas partes- para extender el proceso de Figueroa hasta el fin de su contrato en diciembre es prácticamente imposible, la cuarta vía de arreglo es la del acuerdo antes de un juicio o definitivamente un despido legal por una falta de confianza que provoca un perjuicio a la empresa -el club en este caso- empleador. Básicamente, la misma figura legal a la que invocó la directiva vigente en 2013 para cesar al estratego, aunque esta vez habría causales -los mensajes del DT- que auguran un mejor resultado en la respectiva demanda civil.
Antecedente
En el año 2013, el directorio que encabezaba Javier Maureira decidió despedir a Marco Antonio Figueroa por el mismo argumento de "la falta de confianza", eso después de contravenir la decisión de reintegrar a dos jugadores a sus trabajos normales -Sebastián Rocco y Luciano Palos- y tener actitudes como bajar al delegado directivo, Roberto Robles de un bus oficial por tener diferencias con él.
En aquella oportunidad, varios directivos asumieron que si se perdía un juicio posterior pagarían de su bolsillo. Efectivamente, MAF demandó al club por 400 millones de pesos de los cuales obtuvo 168 millones de pesos apelando a despido injustificado en los tribunales laborales de Calama.
El polémico adiestrador tiene historial respecto de sus bulladas salidas con dinero en el bolsillo y en eso mucho tienen que ver sus astutos asesores legales, quienes además forman parte en la estipulación de las cláusulas de sus respectivos contratos. En Universidad Católica, en 2009, el técnico obtuvo 160 millones tras ser despedido luego de la final perdida ante Colo Colo.
No es el único caso. En el 2012, la directiva de Everton lo despidió mediante el pago de 80 millones de pesos. Tras su salida de Cobreloa, fue a Universidad de Chile, en donde nuevamente fue cesado por diferencias con el directorio. Esa vez, se llevó la suma de 120 millones de pesos.