José Luis Gómez y la descentralización
"Por qué no podemos disponer de un ente que administre regionalmente las inversiones de los ingresos fiscales que genera la minería". Herman Cortés, Periodista
Conocí a José Luis Gómez (QEPD) cuando era gerente del Instituto Corfo del Norte, más conocido -en ese tiempo- como Inconor. Un baluarte de la descentralización. Para una campaña de divulgación destinada a vender acciones de Inacesa, la fábrica de cemento creada con fondos públicos que administraba Inconor, me contrató y llegué a trabajar en Relaciones Públicas de ese organismo. En ese contacto profesional aprendí a conocerlo más íntegramente, como un apasionado por el desarrollo regional, con una fuerte inclinación al trabajo en equipo, ya que gerenciaba las Divisiones de Industria, Agropecuaria, de Minería y de Administración, con decenas de profesionales que preparaban y administraban los proyectos de desarrollo de las provincias de Tarapacá, Antofagasta y Atacama. Además, José Luis Gómez supo llevar una fluida y fructífera relación con el Comité Ejecutivo de Inconor, formado por los intendentes de estas tres provincias, representantes de los alcaldes, de las cámaras de comercio, de las asociaciones de industriales, asociaciones y cámaras mineras, Central Única de Trabajadores y otras entidades públicas y privadas del norte, entidad que administraba los "fondos del cobre".
Aunque Inconor era un ente descentralizado de Corfo, formábamos parte de ese organismo y con relaciones directas con las autoridades nacionales. Por eso, desde el Ministerio de Minería -a cargo de Alejandro Hales- le pidieron a José Luis Gómez que dispusiera lo necesario para explorar las riquezas del Salar de Atacama y también la potencialidad energética de los géiseres del Tatio. Con su gerencia se crearon en Inconor el Comité del Salar de Atacama y el Comité Geotérmico, para realizar las perforaciones y primeros estudios que demostraron -antes de 1970- la cantidad y variedad de riquezas que albergan las salmueras de ese salar, con las primeras demostraciones de la inmensa potencialidad del litio, pero también la existencia de otra serie de ricos minerales no metálicos, varios considerados "estratégicos", mientras que en el Tatio no era factible una explotación geotérmica. (¿Existirán todavía esos documentos?).
Al recordar a José Luis Gómez, cabe preguntarse -una vez más- por qué no podemos disponer nuevamente de un ente que administre regionalmente las inversiones de los ingresos fiscales que genera la minería, integrado por representantes de toda la comunidad y no sólo por los cambiantes funcionarios de los gobiernos de turno.
Y, por supuesto, que vuelva a funcionar también un mecanismo -royalty, por ejemplo- que permita generar recursos para la región o -al menos- que podamos administrar parte de los actuales ingresos fiscales de la minería. Por ello, quizás el mayor homenaje que podemos hacer a hombres como José Luis Gómez y a Mario Silva Iriarte (QEPD) -quien lo sucedió en la Gerencia de Inconor entre 1970 a 1973- sería unir fuerzas para que se concrete la elección de gobernadores regionales en abril del próximo año y así empiece a materializarse una mayor descentralización en nuestro país.