Juan López, su historia
El documento de la Sociedad que atañe a Juan López dice: "En virtud de las instrucciones del señor Ministro de Hacienda i de lo dispuesto en el cap. VI de la Ordenanza de Aduanas, vengo en mandar se suspendan los trabajos que la sociedad de Torres, Garday y López, esplotadores de huano, tienen en este puerto por no estar conformes con las disposiciones vijentes las licencias que tienen.
El capítulo VI trata del almacenaje en los puertos, i no es fácil atinar qué relación pueda esto tener con la esplotacion de huano. Por lo demás, la arbitrariedad de la medida es clara desde que la lei, permitiendo la esportacion, permite también la esplotacion. La licencia para hacer el cargamento se recaba cuando ya hai acopiado el huano suficiente. Así lo enseña el sentido común, i así además se ha practicado siempre; porque, de otro modo, toda la utilidad del negocio se iría en pago de las estadías del buque mientras se hace la estraccion i el acopio.
Pocos días después se les impuso i cobró una multa de 100 pesos, por haber continuado los trabajos contra la orden citada.
Esas órdenes eran demasiado perentorias, i hubo al fin que resignarse cumplirlas. Los trabajos fueron suspendidos; i comenzó la completa ruina de la empresa descubridora. Sus gastos diarios siguieron siendo los mismos; pues, entre otros desembolsos indispensables, estaba el salario i alimento de sus empleados i peones, traídos allí por contrata de temporadas, i la compra además de agua i forraje para los animales de la faena.
El 26 quedó la empresa confundida con otra orden. Es de saber que, elevada en un principio a la gubernatura de Caldera en diciembre anterior, pendía ante el Gobierno una solicitud de la empresa para abrir un camino en Mejillones. El espediente se extravió en las oficinas ministeriales. Fue a caer a no sabemos que profundo resumidero abierto en el Ministerio desde que se denunciaron las huaneras; en que ha quedado sepultado para siempre más de uno de esos papeles interesantes a los derechos de la empresa descubridora, que, arrastrados por el viento de la necesidad han llegado hasta aquellas augustas rejiones".
Sociedad López, Torres, Garday (1863), de "Las Huaneras de Mejillones"