Los errores del gobierno
La aprobación por parte de la Cámara de Diputados de la reforma constitucional que autoriza el retiro de hasta el 10% de las pensiones significó no sólo una dura derrota legislativa para el oficialismo y una caída en el liderazgo del presidente Piñera dentro de su propio sector, sino también una nueva razón para aumentar el desprestigio de la clase política.
Esto es así, ya que ante la inminente aprobación del proyecto opositor relativo al retiro de fondos, y después de reunirse con los Partidos Políticos de Chile Vamos, el presidente presentó un proyecto de ley que buscó encauzar la decisión de aquellos diputados oficialistas que habían anunciado con anterioridad apoyar el proyecto de reforma.
Con esto, quedó en evidencia que el proyecto de ley del gobierno no tenía como objetivo primario favorecer a un sector que ha estado olvidado de las medidas económicas adoptadas durante la pandemia, sino evitar el éxito del proyecto opositor, demostrándose una lamentable instrumentalización del bien común al postergar un análisis oportuno del bienestar de la clase media en favor de la defensa de un modelo que está en crisis.
Ante esto, y en función del oportunismo y la mala calidad del proyecto que presentó el gobierno, resultaba lógico que los diputados oficialistas que habían comprometido el apoyo al proyecto opositor mantuvieran su decisión, evidenciándose una importante merma del liderazgo del presidente Piñera en su propio sector.
Pedro Díaz Polanco
Retiro del 10%
Al crearse las AFP, se aseguró que al jubilarse, las personas obtendrían una pensión equivalente al 80% de su última remuneración. Por defender a los trabajadores (crisis 1982-1983) el cardenal Raúl Silva Henríquez, manifestó: "Los técnicos me han llamado gásfiter" y, a los trabajadores dijo "La Iglesia defiende cuando es necesario, pero queremos que se defiendan solos y que sean capaces de hacerlo, porque ustedes no atacan a nadie y son la fuerza para construir una sociedad de hermanos". "Cuenten ustedes con este pobre viejo". Encuesta arrojó que el 82,8% de los ciudadanos prefiere retirar fondos de la AFP por sobre el bono anunciado por el gobierno. Por el rechazo mayoritario hacia la AFP, se debe escuchar la voz del pueblo.
Derico Cofré Catril
Retiro del 10%
Es un hecho que el actual sistema de pensiones no está cumpliendo el objetivo para el cual fue creado. Hoy cerca de un millón doscientas mil personas reciben pensiones gracias al Pilar Solidario, o sea para ese gran porcentaje de la población, las AFP no lograron cubrir una pensión mínimamente digna. En ese sentido, no es de extrañar que muchos prefieran retirar el 10% de sus fondos y al jubilarse, acogerse al beneficio que el Estado entrega. El Chile actual sufre una evidente desafección respecto de este tema. Siendo así, pareciera lógico el retiro del 10% de nuestros fondos previsionales, pero la situación no es tan simple. Partamos por el hecho de que el Estado no está en condiciones de cubrir pensiones solidarias para toda la población.
Ante ello y frente al escenario que se avecina, es momento de sincerar cómo recuperar ese 10%: una opción es incrementar la edad de jubilación en al menos dos años, otra diseñar un fondo solidario Estado/empleador o una especie de nuevo bono de reconocimiento. Lo claro es que, a diferencia del Éxodo, acá el "maná" no caerá del cielo.
Felipe Vergara
Retiro del 10%
La política es como el ajedrez. Hay veces que en una movida hay mucho más de lo que se ve a simple vista. Y eso sucedió en la Cámara Baja, pues creyendo que eran reinas aprobando el proyecto, los 13 (¿inocentes?) no se dieron cuenta que eran simples peones de la izquierda radical. Con la bendición de la derecha, jaque mate.
Nicolás Martins
Retiro del 10%
La infracción más grave cometida por los diputados que votaron a favor -y de los que se abstuvieron- del proyecto de reforma constitucional para permitir el retiro de parte del ahorro previsional no son los efectos económicos, sino que la vulneración a la Constitución que juraron o prometieron respetar y el quiebre del Estado de Derecho que ello significa; por cuanto tal proyecto adolece de una doble inconstitucionalidad: por una parte, porque al referirse a una materia de iniciativa legislativa exclusiva del Presidente de la República según lo establece el artículo 65 de la Carta Fundamental constituye un fraude a la Constitución y, por otra, porque al recaer en el capítulo III de ella su aprobación requería de las dos terceras partes de los diputados y senadores en ejercicio.
Adolfo Paúl Latorre