"Primero soy calameño y después soy chileno"
DEPORTISTA. Martín Navarro espera que la pandemia provoque una mayor identidad de los loínos.
Martín Navarro, trabajador de Codelco Chuquicamata, ex seleccionado chileno de atletismo, presidente del Club Atlético Chuquicamata y Fedemu y director de la Corporación Municipal de Deportes de Calama, casado y con dos hijos afirma que ya no se mueve de esta tierra donde nació y se forjó.
"Como dicen por ahí, primero soy calameño y después soy chileno. Uno lucha por esta zona y trata de aportar en lo que pueda porque siente que Calama tiene un enorme potencia y que lo único que nos falta es que empecemos a querernos más y a hacernos valer como lo que somos. Una zona que le da el sustento mayor al país y necesita que ese aporte se vea reflejado en una mejor calidad de vida".
¿Irá a servir la pandemia y sus duros efectos en la zona para cambiar la mentalidad del calameño y empiece a exigir más?
A veces creo que se nos va a olvidar pronto todo lo que vivimos y ojalá que no sea así, que la gente entienda que el coronavirus nos golpeó fuerte como comunidad y tenemos que dejar esa quietud y empezar a exigir mejores coberturas médicas, especialistas, condiciones para vivir mejor. Que nos escuchen más.
¿Que esto saque a relucir la identidad del calameño?
Creo que por una cuestión de siempre, el calameño era más bien callado y no se manifestaba mucho pero eso ha ido cambiando en los últimos años. La gente se manifiesta, muchos otros que han llegado desde afuera nos han ayudado a ser más exigentes y si miras la ciudad a como era hace 20 años es notorio. Eso es porque estamos cambiando.
Qué nos falta...
Defender más lo nuestro. Si uno anda por avenida Balmaceda ve que las luminarias las han ido robando en pleno horario de toque de queda y la gente ni cuida ni denuncia. No es difícil entender que acá, una calle, una vereda, un área verde o una avenida nos ha costado el doble. Por eso, cuando empecemos a cuidar lo que hay iremos creciendo mucho más.
Tú llevas toda una vida acá, qué recuerdos tienes de ese Calama antiguo...
Éramos menos y teníamos menos cosas y avances, quizás. Pero recuerdo que desde joven corría toda esa avenida Balmaceda que era totalmente de tierra y no había ningún riesgo. Esa tranquilidad se ha ido perdiendo porque ahora, Calama ya es una ciudad más grande.
Nos faltan recintos deportivos...
Yo tengo la idea de que no se trata de solo poner canchas o multicanchas sino que se debe intervenir el proceso de los deportistas desde las bases, para que se críen con opciones y que su formación sea integral, que puedan salir a competir y tengan un calendario de torneos. Obviamente, también nos interesa seguir en esa lucha por tener recintos de entrenamiento en altura y convertir a Calama en una capital nacional en ese tema, porque ese logro sería más que de mera infraestructura. Sería todo un concepto detrás que se puede comenzar a explotar.
¿Cómo sueñas la ciudad? Creo que todos podemos aportar un poco más, que acá hay mucho potencial. Espero que las autoridades se unan, somos pocos para tener tanta división y en Calama necesitamos velar más por intereses propios que por posturas políticas. A nadie le importa si el borde del río Loa lo tenemos más atractivo y con paseos si lo hacen los de un lado o los del otro. Si nos pasan a llevar como región es porque nos dividimos, no porque no hayan recursos o voluntades.
¿Y la región, cómo ves el futuro?
Ojalá podamos darle más posibilidades a nuestra propia gente. Calama cambió, son muchos más los que nacieron acá y que requieren oportunidades porque esta crisis ha puesto en evidencia que muchos calameños necesitan oportunidades y esta región se la da a gente de afuera. Hay que terminar con esa quietud que nos marcó por tantos años...
Nació en Calama hace 50 años y es parte de una familia enormemente identificada con la ciudad, sus avances, luchas pendientes y carencias.