Debate por fondos de pensiones
El derrumbe institucional y la urgencia de un nuevo pacto social tienen una expresión concreta en este caso. El caso del retiro del 10% es otro de los ejemplos observables. Esta discusión es una sorpresa solo explicable por la magnitud de la crisis económica derivada de la pandemia, el pobre manejo político del gobierno y la desconfianza de la ciudadanía en las instituciones.
Todo hace indicar que el proyecto para el retiro de hasta el 10% de los fondos administrados por las AFP seguirá avanzando en el Senado, considerando los anuncios hechos por varios representantes.
Difícil traducir lo ocurrido: esta discusión es objetivamente una sorpresa solo explicable por la magnitud de la crisis económica derivada de la pandemia, el pobre manejo político del gobierno y la desconfianza de la ciudadanía en las instituciones.
Es cierto que este mismo debate se lleva adelante en otras naciones, pero todas son más ricas, hay que añadir. También es efectivo que un retiro programado, compartiendo información entre los estamentos correspondientes, no debiera causar tantos problemas como se presume.
El problema es otro y está enfocado en los sectores más desposeídos.
Los datos son más o menos los siguientes: de aprobarse el proyecto, 3 millones de personas podrían retirar la totalidad de sus ahorros, ya que tienen acumulado un monto inferior a 35 UF. Además, otras 4,6 millones de personas podrían girar solo 35 UF, ya que el 10% de sus fondos no supera dicho piso.
¿Por qué llegamos a esto? ¿Por qué asumimos como viable que las personas sean las que carguen con el costo de salir adelante usando los recursos de su futura pensión? Aquella es una pregunta algo más difícil y se confunde entre las torpezas y reacciones tardías del ejecutivo con otras respuestas, con la mala imagen de las AFP y la objetiva desesperanza que tienen miles de familias golpeadas por el desempleo y el hambre.
Lo esperable e ideal es que el gobierno, el Estado, salga en ayuda de la gente, mal que mal tiene importantes recursos ahorrados, además de poder tomar créditos.
El apoyo transversal a una medida objetivamente mala y perjudicial es otro de los síntomas de cierto hartazgo y desencanto de la sociedad nacional con varias instituciones, las malas pensiones y lo público: que demora en sus ayuda o son insuficientes, es decir, un descrédito generalizado, que solo explicita la orfandad de los chilenos en materias de seguridad social.