"Mi vida ha sido un noticiero propio"
ANTOFAGASTINIDAD. Patricia Cerda Hennings, periodista y música en potencia.
Patricia Alejandra Cerda Hennings, tocopillana de nacimiento, antofagastina de vida. Su rostro es conocido por todos, no así su historia, por cierto, intensa.
Hija única de padre músico y mamá multifacética. Madre de dos varones (Cristóbal de 24 y Rubén de 13), estudió en colegios de Antofagasta, Iquique y Sierra Gorda, pero terminó su educación media en el San José. Luego vino periodismo en la UCN y un magíster en comunicación estratégica en la misma U.
"Difícil describirme cuando ya llevo 23 años ejerciendo una profesión donde son otros los protagonistas. Es más sencillo descubrir en ellos virtudes y debilidades en una entrevista, que contar quien soy en realidad, sin maquillaje y sin una cámara frente a mí. Pero haremos el intento", advierte, y esto fue lo que resultó...
¿Cómo llegaste a la TV?
-Estudié periodismo en la UCN. Sinceramente no tenía clara mi vocación. Con el puntaje de la prueba de aptitud académica en esos años demostré lo "extraviada" que estaba y con el ya añoso "capenanenú" llegué a periodismo. Fuera quedó sicología y derecho. Una elección en estructura inmadura, pero mejor imposible. Llegué a TVN en octubre del año 1997 a hacer mi práctica profesional. Era un pollo entre gigantes de la tv local en esa época. Y aquí me quedé hasta convertirme en la editora regional.
¿Qué ha llegado a significar este medio en tu vida?
-Exactamente la mitad de mi vida ha transcurrido en TVN. A mis 46 años la empresa y los compañeros pasan a ser parte de tu vida. En este periodo he visto crecer a sus hijos, ellos a los míos, hemos visto partir amigos y llegar a otros. A veces el trabajo se convierte en tu vida, pero ya con la madurez, te das cuenta que los trabajos llegan a su fin y que has perdido momentos que ya no volverán. Hoy trabajo para vivir, no vivo para trabajar, lo aprendí tarde pero no me arrepiento. TVN es parte de mi Adn, acá crecí, aprendí, cometí errores y los seguiré cometiendo, pero siento que el aporte ha sido recíproco.
¿Cómo te definirías?
-Florecita rockera me dicen mis amigas. Es que tras lo que la gente ve en pantalla hay un mundo que poco o nada tiene que ver con las noticias, con la personalidad que muestras en TV, en las entrevistas. Soy La Patto, cuando me dicen Patricia no reacciono, no me acuerdo que me llamo así jajaja. Soy un ser humano errático con días buenos y otros muy malos, pero una guerrera. Mi vida ha sido un noticiero propio, con alegrías y tragedias, como la muerte del padre de mi hijo cuando apenas tenía 29 años.
Él falleció en un accidente de tránsito y mi pequeño apenas tenía 5 años. Esa pérdida me marcó y forjó quien soy ahora. Me caigo como todos, lloro en el suelo, me limpio el pantalón (porque me carga usar vestido ), reniego y me vuelvo a levantar.
¿Qué cosas te hacen feliz?
-Mi familia es mi todo, mis dos hijos y mi mamá alimentan mi día a día. Soy muy casera, nada de fiestas, ni salidas en la noche, ahora menos, obvio, de hecho vivo en cuarentena voluntaria desde hace años. Estoy en una etapa donde disfruto mi nido. En ese nido también ocupa un lugar especial la música. Mi papá, Nano Cerda (autor de la música original de la obra Reina Isabel cantaba rancheras ) era un artista excepcional, pintor, escultor, cantautor y músico. Mi abuela, mi bisabuela eran pianistas y mi hijo pequeño sigue sus pasos. En la música encontré mi espacio en el mundo, me encierro por horas a tocar piano, guitarra, armónica y cuando me pongo osada y patuda algo de violín. También canto y las pilas se vuelven a recargar.
¿Qué es lo que más te enfada?
-Me molestan primero mis propias carencias. Me enojo conmigo mismo antes que con el resto, porque tengo conciencia de que las actitudes ajenas no son manejables, pero las mías sí. Me descompone la deslealtad y el maltrato en todo orden de cosas. Me afecta cuando le gente olvida sus orígenes e intenta borrarlos por vergüenza y arribismo, cuando en realidad la cuna es el mejor cimiento de lo que puedes forjar día a día. Soy de origen muy humilde y me siento orgullosa de lo que he conseguido solo con trabajo y sacrificio.
¿A quién extrañas cuándo estás triste, por qué?
-Extraño al papá de mi hijo mayor. Fue mi primer pololo, nos casamos cuando yo tenía 21 años y el falleció en un accidente de tránsito con apenas 29 años. Es que es el primer amor, del que aprendes tanto, único e irrepetible. Extraño a mi papá, su música, poder cantar con él, pero conservo todas sus canciones, sus grabaciones y el piano en que aprendió a tocar (el de la foto) Extraño ver a mi ciudad ruidosa, extraño la libertad.
¿Cuál es tu mirada de la región, qué nos sobra, qué nos falta?
-Tenemos una región única, particular en geografía, historia pasado y futuro. Con un presente en deuda. Nos sobra la desigualdad, muchas vendas en los ojos que impiden avanzar. Nos falta empatía, crearnos y crear a otros oportunidades. Las nuestras son las carencias de un país completo que pide a gritos justicia e igualdad.
¿Cómo imaginas a la Antofagasta del futuro?
-Como una ciudad donde podamos volver a caminar seguros, sin importar la hora ni el lugar. Donde los niños sean dueños de la calle y sus hogares sin temor a ser abusados y pasados a llevar. Quiero una Antofagasta que sea más que una perla del norte, ojalá el collar completo, única e intransable a los intereses económicos de pocos en desmedro de muchos más. Antofagasta, te imagino y te quiero digna.