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Es el fondo de pensiones, "idiota"

"La economía es un sistema, donde el "mercado del trabajo" condiciona al sistema de pensiones". Claudio Román, Licenciado en Antropología Social. Socio fundador de TrustMe Capital
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En los primeros días de marzo, al comenzar la pandemia, el gerente general de la asociación de Administradoras de Fondos de Pensiones (AFP) propuso usar parte del Fondo de Pensiones para realizar préstamos a los medianos y pequeños negocios (MPN), con el objetivo de ayudarlos a enfrentar los problemas financieros producto de la crítica situación que comenzaba a surgir. No pasaron horas para que la propuesta fuera descalificada desde las grandes corporaciones y los economistas ortodoxos que monopolizan la opinión publicada.

La razón de fondo, según los "expertos", era el riesgo intrínseco que existe en el mundo de los MPN, lo cual expondría al Fondo de Pensiones a pérdidas irrecuperables, lo que perjudicaría a las pensiones futuras de los trabajadores.

Luego de unos meses, el Ministerio de Hacienda presentó un proyecto de ley que permitiría a las AFP comprar deuda de las grandes corporaciones, deuda emitida sin Clasificación de Riesgo, instrumento que permitiría comprar deuda sucia de compañías como LATAM. Extrañamente, ningún líder de las grandes corporaciones y economista ortodoxo levantó la voz para advertir de las potenciales pérdidas a las que se expondría el Fondo de Pensiones y los efectos negativos en las pensiones futuras de los trabajadores.

En el mismo período, el gobierno mexicano, de signo ideológico contrario al gobierno chileno, presentó una reforma que casi triplica el monto de la tasa de cotización de los trabajadores, todo con cargo al empleador. El efecto directo de esta reforma es un aumento del monto de las pensiones futuras de los trabajadores y un incremento en el tamaño del fondo de pensiones mes a mes.

Contra lo esperado, los economistas ortodoxos locales y los líderes de las grandes corporaciones no criticaron los cambios y recibió el apoyo de Moody's, una de las tres mayores clasificadoras de riesgo a nivel mundial. No hubo ningún "experto" que criticara el aumento del costo del trabajo y el potencial incremento del desempleo o efecto negativo para los MPN.

Los casos chileno y mexicano, aunque lejanos geográfica e ideológicamente, nos muestran que las preocupaciones centrales de las grandes corporaciones y los economistas ortodoxos frente al debate y reforma del sistema de pensiones; no es el monto las pensiones futuras, sino el control total y acceso a las potenciales inversiones que se hacen con el Fondo de Pensiones. Contrariamente a ellos, pensamos que no puede separarse el monto del salario, con la tasa de cotización y las pensiones futuras, pero tampoco se puede obviar el destino de las inversiones cuando debatimos sobre los sistemas de pensiones. Hay que recordar que la economía es un sistema, donde el "mercado del trabajo" condiciona al sistema de pensiones, pero también la estructura de inversiones del Fondo de Pensiones monopolizada en las grandes corporaciones les da una ventaja mayor aún por sobre los MPN.

Preocupaciones de la región

Un estudio de opinión dio cuenta de la enorme inquietud provocada por la pandemia y consecuencialmente con el empleo y la actividad económica. El rol del Estado y la solidaridad de personas, familias y empresas es fundamental para sobrellevar tiempos complicados, que serán más fáciles de resolver con el apoyo de todos.
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Las preocupaciones de los antofagastinos están cada vez más determinadas por la cuestión económica, algo apenas soslayado en parte por el retiro del 10% de los fondos de pensiones.

Así lo reflejan los resultados de un estudio realizado por la Mutual de Seguros, Cadem y la Escuela de Negocios de la Universidad Adolfo Ibáñez, el cual midió la realidad de los chilenos en medio de la pandemia, a través de una encuesta aplicada entre el lunes 10 y el viernes 14 de agosto a 282 personas en la región (hombres y mujeres) de entre 25 y 60 años, de todos los niveles socioeconómicos.

El estudio precisa que las principales complicaciones son las del coronavirus, sueldos, empleos, delincuencia y drogas. También plantea una pregunta sobre cuáles son los principales sueños o aspiraciones de los habitantes de la región. Esta pregunta estuvo liderada por estabilidad laboral y adquirir un bien, ambas con un 29% de las menciones, seguida por el término de la pandemia con un 14%.

La situación financiera a nivel regional es del todo compleja con un desempleo de 13%, pero que en realidad, considerando a quienes salieron de la fuerza laboral, porque perdieron las esperanzas de encontrar un empleo, se acerca al 31%.

El daño provocado por la pandemia es de una magnitud enorme e inédita. Hubo otras pandemias y crisis en la historia humana, pero nunca se había solicitado guarecerse en casa, lo que imposibilita salir a buscar un trabajo.

Todo indica que la situación será más o menos la misma, al menos hasta el primer trimestre del próximo año, por cuanto ya debiera quedar claro que la solución definitiva pasa por contar con una vacuna, que hoy tampoco parece cercana.

Esto quiere decir que el mundo que conocimos hasta hace unos meses ya no es, no está más y así continuará por mucho tiempo, porque las transformaciones son sustanciales y muchas definitivas.

El rol del Estado y la solidaridad de muchas empresas es fundamental para sobrellevar tiempos complicados, que serán más fáciles de resolver con el apoyo de todos.

¿Qué tipo de Desarrollo queremos?

"Debe generarse un cambio cultural de gran envergadura y el motor de aquello es la Educación en todos sus niveles".
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Un interesante artículo publicado en un diario de circulación nacional, da cuenta de un tema que a simple vista parece una disquisición semántica pero que en el fondo esconde una diferencia crucial. La diferencia entre un fenómeno sustentable y uno sostenible es que el primero se refiere a algo que se puede justificar mediante razones y que necesita un soporte externo para prosperar, en cambio lo sostenible es algo que no se cae, que no necesita de ese soporte exterior para su permanencia en el tiempo.

Aplicados al fenómeno del desarrollo económico ambos conceptos se han utilizado como sinónimos y tienen aceptación respecto a que se refieren a lo mismo. Sin embargo, esto no es así necesariamente. Solo un breve recordatorio: cuando hablamos de desarrollo económico nos referimos a la capacidad que tienen las sociedades de evolucionar en su capacidad productiva, crear riqueza, mantener la prosperidad económica y social, generando un aumento persistente del bienestar de su población.

¿Cómo se puede lograr que este fenómeno social tan deseado y a veces esquivo no dependa de "razones" o sustentos externos para permanecer en el tiempo y para que beneficie a toda una sociedad? Es decir, ¿cómo logramos que el desarrollo sea sostenible y no solo sustentable?

Es claro que para que ello ocurra se requiere ordenamiento en el amplio sentido de la palabra, jurídico, social y económico, medioambiental, entre otros, como también se necesita talento para la dirección política de la sociedad, es decir, para la formulación y aplicación de la política pública que finalmente traduce a acciones concretas y donde los lineamientos filosóficos de las distintas corrientes de pensamiento político, sean aporte y no escollos.

Igualmente debe generarse un cambio cultural de gran envergadura y el motor de aquello es la Educación en todos sus niveles. Solo un pequeño ejemplo de su impacto: en los espacios públicos de las principales ciudades japonesas prácticamente no se observan basureros (considerando que aquellas ciudades están entre las más pulcras del planeta). ¿Cómo han logrado aquello? Desde el colegio, en la primera infancia, instruyendo a cada niño que es responsable de la basura que genera y de su disposición final lo que significa que, en esos establecimientos no hay personal de aseo, cada estudiante es responsable "de su basura" y de hacerla llegar a los depósitos finales.

De esta forma acciones y actitudes actuales de la sociedad japonesa están afectando positivamente a las futuras generaciones sin producir sacrificios ni deterioros, lo que constituye el corazón de la sostenibilidad. Y eso se logra con Educación.

Daniel Solís Igor

Rector CFT Región de Antofagasta