30 de noviembre
En el Calendario Sabelliano, el 30 de noviembre siempre ha sido fecha importante, porque es el santo de don Andrés Sabella. Cuando el poeta vivía, era día de festejo y llegábamos a Uribe 666 a saludarlo.
"Andrés era amigo de todos, era social y generoso, su espíritu lo llevaba a agrupar, a juntar a las personas a su alrededor. Era un conversador admirable. Era un placer compartir con él" (Volodia Teltemboin).
En estas celebraciones y con la magia del poeta, desaparecían cargos, rangos, distinciones. Allí todos eran iguales. Todos tenían un solo distintivo: ser amigos de Andrés.
"A Andrés le encantaba conversar, recibir, compartir. A casa iba mucha gente, de todo tipo, incluso personas con las cuales no tenía afinidad. No hacía distingos. Era natural en él, le encantaba estar rodeado de amigos" (Elba Emilia González).
Sabella decía: "Cada vez que se abre mi puerta, y cada mano que tiendo, es un corazón que se gana, es una luz que se enciende. En este sentido, yo me he enriquecido y estoy cierto que, en el fondo, también se ha enriquecido mi tarea de hombre y mi tarea de escritor. En la vida tenemos la posibilidad de comprender que somos hombres y que, como tal, la frente nos fue dada por Dios para servir."
El año 1979 esta fecha tomó doble importancia, porque el 30 de noviembre de 1979 falleció un grande de la Literatura Nortina: el escritor Mario Bahamonde Silva.
"A Mario Bahamonde lo conocí sólo hacia los años finales de su vida y en la soledad que le trajo el autoexilio y la salida de sus ámbitos universitarios y liceanos. Tengo la imagen de un hombre concentrado en sí mismo. Parco de palabras cuando no quería proferirlas. Debemos suponer que sus largos silencios eran producto de todo un proceso de elaboración.
Pasaron muchos años, para que pudiera reencontrarme con el valor que fue y es Bahamonde. El hombre que coleccionó inmensos y azules mapas salitreros, el que guardaba en pequeñas cajas, cientos de fichas y papeles que el tiempo conservaba; el que tenía una amplia biblioteca, el que mantuvo miles de fichas demostrando su labor de investigador; el que añoraba, en lontananza, la antigua Bahía de Nuestra Señora de Taltal, su puerto natal" (Sergio Gaytán).
Varios autores