Jorge Alvarado Zepeda (61), nació en la exoficina salitrera Rica Aventura, pero sus primeros años los vivió en Prosperidad, otra exoficina que por años albergó a los trabajadores del oro blanco y sus familias, quienes realizaban verdaderos sacrificios en tierras inhóspitas. Por ello, siente que su vida fue forjada en el crisol del esfuerzo y que hoy tras años avecindado en Calama, busca que la tierra que lo acoge sea más próspera.

¿Qué recuerda de su infancia y de sus padres? ¿Qué valores le inculcaron?

-A los 5 años, de edad y por cierre de la oficina de Prosperidad, nos trasladamos a vivir a Tocopilla, mi numerosa familia compuesta por mis padres y mis seis hermanos. Yo soy el penúltimo, el número 6, luego nació mi hermano Víctor, actual jefe del DAEM de Tocopilla.

Mi Padre Rafael, un hombre de oficios múltiples, albañil, peluquero, maestro carpintero, gran pescador y un eximio músico de violín y mandolina, nos crió con severos principios y valores que hoy agradecemos.

Mi madre Lidia, costurera, excelente cocinera, muy cariñosa, pero inflexiblemente exigente en nuestros deberes familiares, educacionales y preferentemente de cariño y respeto filial fraternal.

Somos seis hermanos varones y una sola hermana muy querida y regalona. Entre todos construimos nuestra propia casa en la población Miramar de Tocopilla y desde ahí concurría a pie descalzo a mi querida escuela Nº 13 "Miramar", donde cursé toda la primaria. Mi enseñanza secundaria fue en el Liceo Domingo Latrille de Tocopilla, donde fui presidente del centro de alumnos del liceo, denominado "Calto". Ingresé a la Universidad de Chile, sede Antofagasta a estudiar Pedagogía en Inglés el año 1969.

El año 1970, fui elegido presidente de la Feuch durante 2 períodos consecutivos y fui miembro del Consejo Normativo de la sede de la casa de estudios superiores.

¿Cuándo llegó a Calama y que recuerda de esos tiempos?

-Llegué primero a Ollagüe el año 1978, como director de la escuela G-9, actual escuela de concentración fronteriza. Ya en 1979 fui contratado por el Mineduc en Calama, a la escuela D-32 (ex26), pero también ejercí en la escuela D-45 y D-37.

El año 1983 fundé la escuela Anexo Ejército de Salvación, actual Catherin Booth, proyecto social y educativo que fue mi seminario superior de titulación. La institución me nombró director de dicho plantel, cargo que ejercí durante 5 años.

Ya en 1990, en sociedad con mi esposa, profesora pedadgoga en Historia y Geografía y Educación Cívica, constituimos la Sociedad de Fomento Educacional y Social (SOFEDUSC El Loa) junto al querido matrimonio compuesto por don Manuel Godoy Gutiérrez y Marianela Sasaki Costa. Reconstruimos en conjunto la antigua estructura de la escuela Pedro Vergara Keller, donde actualmente se emplaza el Colegio Calama.

¿Quiénes constituyen su entorno familiar?

-El año 1972 me casé con Odilia Tapia Martínez, mi esposa desde siempre cumpliendo a la fecha 48 años de matrimonio.

El año 1973, fui detenido, torturado y finalmente relegado a la localidad de Los Álamos, en la Octava Región. Localidad que vio crecer a mi hijo mayor Jorge Ernesto actualmente médico veterinario, y a mi hijo menor Pedro Pablo, nacido en Lebu quien es psicólogo. Ambos casados y tengo en total cuatro nietas y un nieto. Mis nueras, Susana, profesora y Jéssica, psicóloga son el complemento de dicha, integración y felicidad familiar.

¿Cómo empezó su proyecto educativo y en qué momento está en la actualidad?

-Ya con el Colegio Calama fundado en 1990, parte el proyecto social y educacional que se concreta con la fundación del Colegio Río Loa ubicado en el sector vulnerable del poniente de Calama.

Actualmente atiende a cerca de 1.300 alumnos desde prebásica hasta enseñanza media técnico profesional con tres carreras de punta que son: Gastronomía, Mecánica Automotriz y Electricidad.

¿Cuáles son los aportes desde la educación a nuestra ciudad?

-El sello impreso en estos proyectos, llevan gratuidad, atención alimenticia, educación de excelencia, amor y respeto por nuestros alumnos y personal colaborador. Nosotros hemos derivado alumnos al ámbito productivo minero, también de salud, educacional… pues nuestros alumnos cuentan con un gran abanico de posibilidades para estudiar y trabajar, con el sello de nuestros valores que son los principios que ven nacer y desarrollarse a las etnias atacameñas, que son: No Robar, No mentir, No flojear (amasua - amallulla - amaquella).

¿Qué le gustaría aportar desde su experiencia al desarrollo de Calama?

Desde el ámbito educacional, seguir creciendo, desde mi calidad de ex funcionario público, ex jefe provincial de Bienes Nacional durante 5 años, desarrollar armónicamente la ciudad, experiencia lograda también como concejal durante cuatro años, período 1996 - 2000. Pionero de Paso Jama y encargado de integración Zicosur en mi cargo edilicio. Y por influencias fraternales y solidarias de un grupo de médicos, orientados por mi gran amigo Dr. Rafael Arcos Zavala, haber sido presidente durante 5 años de Corasede (Corporación de Ayuda al Ser Desnutrido).

Todo conjuga el ámbito de aportes para una región sufrida, esforzada, trabajadora.