Soto: "Le dije a Galaz que no pensara que iba a poder tomar las decisiones"
A FONDO. El ex entrenador de Cobreloa transparentó detalles de su paso por la banca loína, hace su mea culpa por la campaña e hizo un crudo análisis del momento que vive la institución.
A sus 57 años, Nelson Soto Faúndez puede definirse, por trayectoria y experiencia como un verdadero "hombre de fútbol". Una carrera que en Cobreloa tuvo su momento de mayor exposición en su faceta de director técnico. "Yo no soy de vender humo ni de los que levanta la voz para hacer mejor su trabajo", dice.
Su paso por el club, primero como entrenador interino tras la salida de Marco Antonio Figueroa y luego confirmado como DT hasta final del torneo de Primera B alcanzó a ilusionar con una clasificación a la liguilla, pero finalmente no consiguió el objetivo.
"No me fui enojado con nadie, al contrario. Agradecí la oportunidad, siento que fue una experiencia valiosa y si hay alguna desilusión es conmigo mismo, porque en un momento alcancé a creer que la clasificación era posible y no lo logramos. Sabía donde iba en cuanto al desafío futbolístico pero nunca pensé que en todo lo demás, en lo externo y del día a día iba a tener que lidiar con temas tan amateurs. Me quedo con los llamados de jugadores como Jopia -Claudio-, como Emiliano García, con la última charla con Pablo Caballero, que me manifestaron su aprecio por la consideración que tuve con ellos", relata antes de detallar temas que quedaron pendientes y que, fiel a su estilo, no tiene problemas en repasar hoy, ya desvinculado de la institución y sin saber aún qué responderá a la petición de hacerse cargo de las series menores naranjas en la capital.
"Todo se lo dije a cada persona en su cara", reconoce cuando se le pregunta por cada una de las situaciones que quedaron en la nebulosa y que a dos semanas de su salida del club, decide detallar. Eso sí, sin dejar pasar su análisis de que "estoy seguro de que quizás ahora podría aportarle más al club que cuando llegué, con un plantel armado. Pudiendo armar uno el equipo en base a sus necesidades, quizás es más lo que se puede conseguir".
Plantel
Soto se adentra en el estado de pesimismo que había en el plantel. "Me bastó una reunión en la cancha para saber que estaba ante un grupo quebrado. Me quedó claro que no se pasaban, que había desconfianza por todo eso que se rumoreaba. Que alguno era 'el sapo' de los dirigentes, que otros eran los que negociaban aparte... Siempre supe que mi labor iba a ser más de recomponer a jugadores de la cabeza que del pie para así retomar la confianza en la cancha".
Sobre los jugadores "de relleno" que mencionó Marco Antonio Figueroa antes de su partida, el DT confirma que "yo los consideré a todos, la decisión del plantel la respeté con temas como que Pablo Caballero fuera el capitán, siempre tuvieron voz todos. Lo demás se gana en el trabajo, en el compromiso. Si hubo algunos que no jugaron es porque probablemente no tenían el nivel para jugar. Pero no es culpa del futbolista que sea bueno para negociar contratos. Si alguno no jugó es porque no me convenció, pero las posibilidades las tuvieron todos".
El entrenador asegura que le hizo frente a los casos de indisciplina. "Apenas supe que estaban esos rumores los junté a todos y los hice que hablaran. Por ejemplo, Axl Ríos se defendió, diciendo que hizo un asado muchos días antes de cuando lo acusaban, no antes de un partido y que alguien pasaba mal los datos. Otros fueron de frente y negaron las acusaciones de haber salido de fiesta. Decidí que mientras no se aclarara, los involucrados quedaran fuera y así fue".
Se le acusó de alinear a Juan Pablo Andrade por imposición directiva y también lo aclara. "A mi nadie me dice qué jugador poner y cuál no. Yo conocía a Juan Pablo porque lo dirigí y confié en que estaba bien. Recuerdo que en esa primera reunión ya me quedó una impresión extraña, porque todos los jugadores se acercaron a saludarme y él se quedó atrás. En el grupo. Después entendí que era porque estaba bajoneado, que lo apuntaban con el dedo en el grupo porque decían que era el que le pasaba información a la dirigencia. Y que por eso no pudo recuperar su nivel y tuvo que salir por rendimiento".
Sobre la polémica exclusión de Caballero del duelo final ante Temuco en el sur, Soto asume que "había hablado con él, diciéndole que como no había mucho que hacer por la liguilla iba a probar otra fórmula. Pero un día antes del último entrenamiento, me llama un dirigente para decirme que el club y no alguien específico determinaba que no viajara por no haberse comportado como un trabajador debía. Ese día me lo confirma Ramón -Tapia- y hablé con el jugador para saber su versión. Le dije 'si quieres viajar, yo te llevo y si te bajan del avión, me tienen que bajar a mi' pero él me respondió que ya estaba, me agradeció la altura con que lo traté y optó por irse. Deben haberle pasado la cuenta por algo anterior a mi llegada", expresa.
¿Jugó Maximiliano Cuadra lesionado? El estratego reconoce que sí. "Hay un tema en el fútbol que mucha gente no entiende y es que hay jugadores que en un pie hacen mucho más que otros compañeros. Si jugó fue por decisión mía y de él, consensuada, porque Maxi me decía 'profe, estamos para pelear aún y yo vine para eso'. Y resulta que lesionado contra Magallanes anotó un golazo y tuvo dos más. Obviamente él contagiaba compromiso y cuando no tienes las opciones para reemplazarlo, arriesgas. En Temuco no jugó por lo mismo. Tuve que ir contra muchos que me decían que no jugara porque están más preocupados de cuidar sus puestos que del objetivo grupal", agregando que al ariete de Racing lo pidió él -la dirigencia insistía con que llegara Francisco Portillo, un volante defensivo-, que a Carlos Ross lo visó él mismo y sólo Nicolás Maturana llegó por decisión de la comisión de fútbol.
Confusiones
Nelson Soto no esconde que muchas veces le dijo a los mandamases del club, en nombre del gerente Ramón Tapia -a quien valora por su trabajo- que "es imposible que no le acierten a una, que acá hagan todo mal".
Eso porque "muchas veces habían decisiones tomadas y las cambiaban después, como cuando acordábamos que el sandwich era la colación tal o cual y al otro día salían con que era muy caro".
Detalla que cuando terminaron los cuatro partidos de interinato se juntó con los directivos y les remarcó "¿están seguros de que quieren que me quede? Después pedí cuatro juveniles porque no tenía para completar los 22 para entrenar por las lesiones y pusieron trabas, que no se podía. Tuve que gestionar yo dónde se quedaran, hablando con gente para que los alojaran. Y llegaron cuando ya había empezado la segunda rueda. Eso molesta y yo lo hice saber".
Soto recuerda que cuando asumió quiso contar con César Bravo como ayudante técnico y John Armijo como preparador físico. "Me dijeron que era difícil hacerles contrato por pocos meses, César me dijo que le iba a traer problemas porque no lo querían en el club y supe que Armijo presentó currículum de cuerpo técnico y lo descarté, no me pareció. Así que mejor empece con Luis Adasme y Adán Vergara y después llevé por recomendación a Germán Moya y a Cristóbal Rivas porque me lo ofrecieron y lo había tenido como jugador. Pero este último definitivamente no se comportó a la altura. Lamentablemente, muchas veces quiso hacer más de lo que le correspondía y allí empezaron los problemas porque filtraba cosas y se sentía más importante que los jugadores".
También repasa el conflicto por la llegada de Walter Gómez a entrenar al club de campo. "Llegué un día al camping y encontré conos. Me dijeron que un argentino había ido con Rivas a trabajar por orden de Adrián León y me molesté. Se lo hice ver a los dirigentes, a Ramón -Tapia- y después llevé al Gómez frente al grupo para que ellos le permitieran participar, sin son colegas y se ayudan. ¿Pero cómo se iba a sentir Eric Ahumada o García sabiendo que un jugador que actúa en su puesto estaba entrenando allí? Otra vez les dije 'no pueden hacer las cosas tan mal".
Galaz
Soto recuerda que se enteró que el nuevo director deportivo, Patricio Galaz estaba en Calama haciendo cuarentena y se había comunicado con todos en el staff técnico, menos con él.
"No me pareció, si el teléfono no estaba en cuarentena. Se lo hice ver a Walter -Aguilera- y me pidió perdón porque me entendía. Esa misma tarde me llamó Patricio para felicitarme por el triunfo con Valdivia, decirme que íbamos a clasificar a la liguilla y que si ascendía iba ser el técnico del equipo en 2021", dice.
Finalmente, reconoce una conversación sincera con Galaz a la salida del club de campo. "Lo veo con entusiasmo, me dijo que venía con todas las atribuciones para tomar decisiones. Y le dije que se fuera con calma, que no esperara que iba a poder tomar todas las decisiones porque eso no iba a pasar. Y que tuviera cuidado, porque en Cobreloa hay mucha filtración de cosas, que todo sale a la luz desde dentro y que siempre hay alguien que quiere hacer más de lo que le corresponde por su rol dentro del club. Espero que le vaya bien, que tenga la posibilidad de llevar a cabo su proyecto", finalizó.