Bendita la lluvia, pero...
"Es hora de poner coto a la mirada cortoplacista de nuestros legisladores, que solo piensan en sus inmerecidas dietas". Jaime N. Alvarado García, Profesor Normalista y periodista
Cuando vemos las imágenes que nos muestran los destrozos provocados por el inusual frente de mal tiempo, que nos acaba de afectar en verano, vuelvo a reflexionar sobre lo mismo. Porque no cabe duda que Julio Iglesias se inspiró en los chilenos para escribir ese tema que dice "Tropecé tres veces, con la misma piedra". Pero al parecer, el cantante ibérico se quedó corto. Porque los chilenos hace más de cien años que vivimos tropezando con lo mismo. Llegan las lluvias y el agua la vemos pasar: La miramos, nos daña, nos quejamos, sufrimos y eso sería todo.
Siempre la misma letanía… Y de respuesta, la misma desidia.
En agosto 1923, la prensa de la época informaba que el presidente Arturo Alessandri había recibido un proyecto para construir represas, pretiles, embalses, drenes, diques, avenes y otras obras hidráulicas para contener el líquido que la madre natura nos enviaba desde el cielo. Ya en esos tiempos, el agua provocaba estragos en los campos y terminaba con la vida de muchos chilenos.
Pero a la fecha es poco lo obrado. Más bien, escaso. Todos son proyectos, dilaciones y embustes. En otras palabras, venta de humo. Es hora de poner coto a la mirada cortoplacista de nuestros legisladores, que solo piensan en sus inmerecidas dietas. Hay que mirar el futuro con audacia, haciendo del país una nación con conciencia hídrica. No dejar escapar esas aguas, que terminan en el océano. Mientras más represas construyamos, tendremos más agua para nuestros campos y volveremos a hacer de Chile el vergel de otrora. Y un paso fundamental, será reformular el Código de Aguas, donde menudean los abusos, los arreglines y escasea el líquido.
Tenemos que acumular todas esas crecidas, escorrentías, rebalses de zanjones, arroyos y esteros. Menos politiquería y más concreciones. Más hechos que palabras.
En el Norte, dos botones de muestra: El tranque "Lautaro", en el río Copiapó y el tranque "Sloman" en el Loa: ambos, colmatados con sedimentos acumulados en más de cien años. Bien podría recuperarse su capacidad de represar aguas, con las ocasionales crecidas de invierno o las de verano. Como adenda, confieso que desconozco algún programa para dragar el embalse Conchi, que ya tiene más de setenta años acumulando aguas y sedimentos en el Loa superior.
Y vuelvo al canto: porque hay otra canción que nos susurra "morir de sed, teniendo tanta agua".
Entonces, culmino con una inocente reflexión que plantea mi nieto.
"Nonino" -me consulta: "Si dicen que la próxima guerra será por el agua… ¿Por qué no juntamos municiones?".