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Médico de Wuhan: "el virus se atajó con mascarillas, test y cuarentenas"

ENTREVISTA. Profesor Hu Ke, quien integró el equipo que comandó la lucha contra el virus en la capital de Hubei, recalcó la importancia de la protección personal.
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Efe

El neumólogo Hu Ke, que trató en Wuhan a centenares de pacientes durante los peores momentos de la pandemia, destaca que el virus ha logrado controlarse en su ciudad y en el país gracias a la protección individual, los test masivos y las cuarentenas.

Este profesor de medicina pulmonar, integrante del equipo que comandó la lucha contra el virus en la capital de Hubei, recalca la importancia de la protección personal y cree que no se debería rechazar la vacuna china, que considera "muy segura y eficaz".

-Además del estricto confinamiento, ¿qué otras medidas fueron decisivas para superar la epidemia en Wuhan?

-El sistema de gestión de las comunidades fue muy importante. Cuando alguien se sentía mal, recibía la asistencia de los responsables de su comunidad de vecinos, incluso para llevarle al hospital. También, si hacía falta comida, la comunidad se encargaba de repartirla.

-¿El confinamiento ha dejado efectos sicológicos?

-Nos afectó, sí, pero yo experimenté la epidemia del SARS en 2003 y no me preocupé. Quizás los doctores y enfermeras jóvenes tenían miedo de enfermarse o morir. No he escuchado ningún caso en mi entorno de problemas psicológicos posteriores. En enero pasado hubo algún amago de rebrote en la provincia de Hubei, se buscaron voluntarios para ayudar en prevención y para 30 plazas se presentaron más de 300 trabajadores sanitarios. Por eso creo que su estado sicológico es estable. La epidemia ya pasó.

-¿Qué hay de las consecuencias a largo plazo de la enfermedad?

-l hospital de Jinyintan realizó un estudio observando durante seis meses a un millar de pacientes recuperados. Una parte de ellos presentó problemas sicológicos y también fisiológicos, aunque no tan graves.

-Una vez que se abrió la ciudad, ¿qué medidas se adoptaron para que el virus no regresara?

-Lo primero fue la observación de los pacientes al salir del hospital, de sus familiares y de sus comunidades. Luego los test de covid para todos los habitantes de Wuhan. Más de 10 millones fueron analizados en dos semanas, no había ejemplo en el mundo para eso. Encontramos 600 casos asintomáticos, los gestionamos y los aislamos en cuarentena. Desde entonces, en mayo de 2020, la ciudad no ha vuelto a registrar casos. China usa desde entonces nuestro modelo de test masivos para encontrar a los asintomáticos y ponerlos en cuarentena junto a los contactos cercanos durante dos semanas como la mejor forma de controlar la epidemia.

-¿Qué recomendaría a los países que todavía sufren los efectos del virus?

-Lo primero es la protección individual, que es muy importante, la mascarilla. Yo no tengo duda de que los países occidentales se van a curar. Pero hay diferentes opiniones sobre cómo hacerlo. Wuhan controló la epidemia en muy pocos días pero en el extranjero hay muchos enfermos. Si todos los miles de trabajadores sanitarios que vinieron a Wuhan no se infectaron fue por las mascarillas y los trajes de protección. Cada cual tiene que pensar por qué China pudo controlar la epidemia en poco tiempo, con una población tan grande. Primero, protección individual, no reunirse, no salir de la casa, lavarse las manos; segundo, mantener la distancia social, y tercero, la organización de las comunidades que en China está muy avanzada: podemos pedir muchas cosas por internet sin salir de casa.

-¿Y la vacunación?

-La vacuna también es importante. No estoy de acuerdo con la inmunidad de rebaño, eso tiene un coste muy alto en demasiadas muertes. Las vacunas de China son muy seguras y eficaces. Yo la recibí en diciembre. Los países occidentales no deberían rechazar las vacunas chinas y pagar con la vida de sus gentes. Necesitamos proteger a la gente que está más expuesta al contagio con las vacunas.

FDA: alimentos y envases no transmiten

Las autoridades sanitarias estadounidense recalcaron que "no hay pruebas creíbles" de que los alimentos o sus envases sean una fuente probable de transmisión del coronavirus causante del covid-19. En una declaración conjunta, el secretario interino del USDA, Kevin Shea, y la comisionada interina de la FDA, Janet Woodcock, llamaron a los consumidores a "estar tranquilos, porque seguimos creyendo, basándonos en nuestro conocimiento de la información científica fiable disponible actualmente, y con el apoyo del enorme consenso científico internacional, que es muy poco probable que los alimentos que consumen y los envases de alimentos que tocan transmitan el SARS-CoV-2". Finalmente, recordaron que esta es una enfermedad respiratoria que se transmite de persona a persona, a diferencia de los virus gastrointestinales o transmitidos por los alimentos.

11 millones de habitantes tiene Wuhan, que enfrentó una cuarentena justo durante las fiestas del Año Nuevo Chino.

100.697 contagios ha sufrido China, según el conteo de la Universidad Johns Hopkins, que le atribuye al país 4.833 casos fatales.

Estudian la "fatiga pandémica", el fenómeno asociado al coronavirus que golpea con mayor fuerza a los jóvenes

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La población está dando muestras de una importante "fatiga pandémica", un cansancio especialmente acusado por los más jóvenes, en los que el estado anímico está más deteriorado que en el resto de la población.

Es una de las principales conclusiones del estudio realizado en España por el Instituto de Estudios Sociales Avanzados del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) sobre un fenómeno que ya ha sido mencionado en Chile por la autoridades de salud a propósito de las restricciones y las cuarentenas.

El denominado Estudio social sobre la pandemia de la covid-19 (Espacov) profundiza en diferentes aspectos sobre la dimensión social de la epidemia y revela el recelo que existe en la sociedad hacia la responsabilidad colectiva para superar la crisis, la percepción generalizada de que la crisis se vive en clave política o la sensación de que las reticencias de algunos hacia las vacunas no frenarán la inmunidad de grupo.

La segunda entrega del Espacov revela que la percepción que existía de que los ciudadanos iban a ser el principal motor para salir de la crisis y de que la mayoría de la gente cumple las restricciones ha caído a la mitad entre abril de 2020 (primer estudio) y enero de 2021 (segundo estudio).

Los resultados del trabajo ponen de relieve, según ha informado el CSIC, que es una agencia estatal para la investigación científica y el desarrollo tecnológico, la notable incidencia del fenómeno denominado "fatiga pandémica", en especial entre los más jóvenes, y que han perdido la confianza que tenían en colectivos claves para la superación de la crisis, como los expertos y los científicos.

Temor en el futuro

En abril de 2020, los jóvenes se mostraban más optimistas que el resto de la población sobre el tiempo necesario para superar los efectos sociales y económicos de la pandemia, pero ahora no solo ha aumentado su preocupación personal ante un contagio, sino que también perciben que el futuro estará marcado por las consecuencias del covid-19.

El estudio constata además el empeoramiento de la valoración de la gestión política. Al comienzo de la crisis sanitaria los ciudadanos aprobaban la gestión que estaba llevando a cabo el gobierno central, pero tras 10 meses -la encuesta se hizo en enero- han empeorado las opiniones sea cual sea la posición ideológica de los consultados.

Ahora, casi la mitad de los encuestados desearía vacunarse "de forma inmediata" si pudiera, frente al 7% que declara que no se vacunaría nunca.

Los investigadores consideran que de esta manera se ha constatado que el nivel de información favorece la disposición a vacunarse, ya que el 50% de las personas encuestadas había declarado que se sentían muy informadas sobre la efectividad de las vacunas.

Se debe consignar también que España registra 66.704 fallecidos y 3.121.687 positivos por coronavirus, entre 47 millones de habitantes. según cifras oficiales.