Este fin de semana cambiamos de estación. Ayer sábado fue el equinoccio de otoño en nuestro hemisferio, ya que para la otra mitad del globo, las personas que viven en el hemisferio norte, comenzaba la primavera.
¿Pero por qué se dan estos cambios estacionales? ¿Y por qué se cambian las estaciones con el hemisferio? Para entender esto tenemos que pensar que nuestro planeta, la Tierra, gira entorno a su propio eje cada 24 horas, produciendo el intervalo día-noche, y gira también entorno al Sol una vez cada año. Los ejes de giro de estos dos movimientos no están alineados, lo que produce que el Sol, además del movimiento diario de salir por el este y ponerse por el oeste, parezca moverse en el cielo entre el norte y sur durante los distintos meses del año. El Sol está más hacia el sur entre octubre y marzo, y más hacia el norte entre marzo y octubre. Cuando el Sol está más hacia el sur, en el hemisferio sur sus rayos inciden más perpendicularmente, y recibimos más radiación por unidad de superficie, y el clima se vuelve más cálido. Además nos acompaña por más tiempo, tenemos más horas de día. Cuando está más al norte, sucede lo contrario: menos irradiación, menos horas de día y más frío. Y lo contrario que tenemos en el hemisferio sur en un mes dado, sucede en el hemisferio norte.
En ese movimiento de la Tierra alrededor del Sol, que produce que veamos al Sol moviéndose entre norte y sur, solo hay dos momentos en el año en los que el Sol cruza el ecuador celeste, la proyección en el cielo de nuestro ecuador terrestre. En esos dos momentos, el día y la noche tienen igual duración, exactamente lo que significa en latín equinoccio "igual noche", y marcan también el paso a las estaciones de primavera o de otoño. Esto es lo que sucedió ayer, 20 de marzo, a las 6:37 horas de Chile continental. Comenzó el otoño.
Javier Alonso-García es Astrónomo del Centro de Astronomía de la U. de Antofagasta, www.astro.uantof.cl