Dirigentas en pandemia
Son mujeres las que han asumido la responsabilidad en los barrios vulnerables durante los peores meses de la crisis. Deberíamos reflexionar sobre la importancia de estimular las redes comunitarias y fortalecer a estas dirigentas.
Quedará en las páginas de la historia de esta pandemia que gran parte de la carga más pesada en los barrios vulnerables, se la llevaron las mujeres. Ahí donde el Estado no estuvo o llegó tarde, fueron mujeres las que se organizaron para que a nadie le falte un plato de comida, para que los enfermos por covid recibieran ayuda y para que los campamentos se mantuvieran lo más aptos posibles sanitariamente, tomando en cuenta la dificultad de vivir una pandemia sin acceso a un suministro estable de agua potable (y en el desierto).
Y es que la mayoría de quienes dirigen campamentos y ollas comunes en el país, y en Antofagasta, son mujeres. Ellas recorren instituciones intentando conseguir recursos para los vecinos sin trabajo, compran los alimentos, los llevan hasta sus campamentos, cocinan y reparten la comida. Sin su labor voluntaria, la crisis social sería mucho mayor.
Al estado le ha costado darse cuenta de la importancia de estas dirigentas. Si se les hubiera involucrado formalmente desde el inicio de la pandemia, el control de la propagación del virus hubiera sido más efectivo. Sobre todo tomando en cuenta que justamente los campamentos fueron los lugares, por sus características habitacionales, económicas y sanitarias (sin alcantarillado ni suministro de agua potable) que se transformaron en focos.
En las páginas 2 y 3 de esta edición algunas dirigentas explican lo que las mueve a seguir ayudando a su comunidad a pesar de tener sus propios problemas que resolver. Isis, una de ellas explica que cuando su esposo le pide que deje de estresarse pensando en que le van a echar a la olla, ella le responde que no puede, "porque a los pequeñitos no les puedo decir que no he cocinado nada".
Y en una entrevista en la página 6, Cristian Pradenas, un chileno que estuvo durante el inicio de la pandemia en Wuhan, explica que el éxito de la contención de la enfermedad en China, donde surgió, fue debido a la obediencia de la población y sobre todo el trabajo comunitario, el cual está muy arraigado en la cultura de ese país. Ambas notas deberían hacernos reflexionar sobre la importancia justamente de estimular las redes comunitarias y fortalecer a estas dirigentas. No es la última pandemia que enfrentaremos.