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ENTREVISTA. cristian pradenas, abogado ariqueño que vivió el inicio de la pandemia en Wuhan, China:

"Wuhan recuperó la normalidad a costa de un gran esfuerzo que no se ve en Chile"

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Tamara Molina Rivas

¿Se imagina vivir en la ciudad de origen de una pandemia? Si bien todos hemos sufrido el impacto del covid-19, hubo un chileno que estuvo en la fecha y lugar donde empezó todo. Ese el caso de Cristián Pradenas, un ariqueño, abogado y doctorado en relaciones internacionales de la Central China Normal University (CCNU), quien estaba estudiando en Wuhan (China) cuando surgió el primer brote de coronavirus.

Cristián vivió más de cinco años en China mientras sacaba su maestría y doctorado en relaciones internacionales y volvió en septiembre de 2020 a Chile, cuando la pandemia ya se había controlado en el gigante asiático, pero en nuestro país causaba estragos. Volver no fue una tarea fácil, tuvo que cruzar todo el mundo, además de que escaseaban los vuelos y era necesario generar conexiones para poder viajar. Una vez en Chile, se sometió a un proceso de dos cuarentenas de 15 días para no exponer a su familia a contagios. "Fue algo muy impresionante y enriquecedor tener la experiencia de entender un poco de la conducta humana y también de los procesos. Imagínate que esto yo lo viví en China, con un sistema político distinto al que tenemos en Chile, con otra visión de la sociedad, por lo tanto fue bastante impresionante".

¿Cómo llegaste a Wuhan?

-Mi historia parte en 2014, cuando me gane una beca del gobierno chino para estudiar mi maestría en política internacional, por lo mismo tuve que cruzar literalmente todo el planeta para llegar a Wuhan a terminar la maestría y luego a desarrollar un estudio en política internacional. Todo este proceso se llevó a cabo del 2014 al 2019.

En enero (de 2020) nos toca el inicio de la pandemia, en diciembre ya había nociones de que había "algo" y el proceso de pandemia lo viví en carne y hueso, en el origen, en el epicentro.

¿Cómo viviste ese inicio de la pandemia?

-Las primeras apariciones del virus fueron en diciembre, desde ahí se empezó a ver la gente usando mascarillas, algunos manteniendo la distancia social, desde el comienzo previniendo la existencia de un virus que no se sabía que era. Inicialmente se hablaba de que era el virus SARS, que ya había hecho presencia en Hong Kong y luego en Beijing en el 2003.

Por lo tanto desde mediados de diciembre empiezan a tomarse medidas y llenarse los hospitales, entonces, la gente -antes de esto- empezó a tomar medidas de precaución. El 31 de diciembre del 2019 el gobierno Chino da el informe que confirma la existencia de un nuevo virus y luego el 23 de enero del 2020 se cierra la ciudad de Wuhan.

¿Cómo reaccionó la gente?

-La gente reaccionó de buena forma, la clave de China es que hay una unión entre el poder político y la gente, la gente respeta mucho al poder político y bajo esa figura, todos trabajaron para que funcionase.

Sobre las medidas, lo primero que se hizo fue el cierre de la ciudad, la suspensión de tránsito vehicular público y privado, también el cierre de la ciudad y la cuarentena, la cual era una cuarentena real, donde nadie salía. Una de las cosas buenas que tuvo Wuhan y China, fue que segregaron las comunidades. Esa fue una de las medidas primarias básicas, es decir la organización de los vecinos, la organización social, esa organización fue clave para poder controlar el virus.

A nivel universitario, todos los estudiantes quedamos en los dormitorios sin poder salir y la universidad nos proveía de suministro, medicinas naturales, nos iban sondeando, hubo un control real o por lo menos en lo que era el cuidado de los extranjeros.

¿Cómo afecto a la economía de China la cuarentena?

-La economía de Wuhan y de Hubei afecto mucho, piensa que el producto interno bruto que genera la provincia es enorme, imagina que el 10% de los vehículos fabricados en China son de distrito de Hubei, sin contar que también es una fuente agrícola, comercial. Entonces, China recibió un choque grande con esto, porque prefirió sacrificar economía antes que salud, por lo tanto la estrategia fue bastante dura, desde el punto de vista del gobierno chino, pero entendiendo que tenía que hacerlo. Yo creo que ese punto también es clave, haber entendido que la prioridad eran las personas, en ese sentido se tomó todas las medidas necesarias para evitar que la gente se siguiera contagiando y con aquellos que estaban contagiados, trataron por todos los medios de llevarlos a los centros de atención.

Y a su vez, había una segregación, no era solamente, que todas las personas afectadas se encontraban en el mismo lado, sino que dividían según etapas, según gravedad, si eran sintomáticos o no. También tomaron la medida de crear hospitales de emergencia. Todos los centros deportivos se convirtieron en hospitales de emergencia y habilitaron camas para todo el que necesitase, esto fue realmente un esfuerzo gigante. En ese sentido el distrito Hubei y la ciudad de Wuhan se detuvieron y su economía también.

¿Qué fue lo que más te impacto de vivir la pandemia en Wuhan?

-Lo más impactante que vi fue la ciudad completamente vacía, porque cuando se cerró la ciudad no había un auto en la calle y así literal; lo otro que me impresionó fue la colaboración que existía a nivel ciudadano, como todos se organizaron, como todos pusieron su esfuerzo, como todos realmente pusieron de su parte para que todo funcionase, los doctores con sus caras todas dañadas con las mascarillas, también la gente trabajando, aportando. Toda la logística aplicada, todo el esfuerzo, es algo digno de replicar.

Chile vs China

¿Cuál es tu reflexión sobre la forma en que se enfrentó la pandemia en Chile y China?

-Desde marzo que estaba sondeando lo que pasaba en Chile, veía que la gente seguía mofándose, también veía un desinterés y quiebre político, no concebía la idea de que izquierda, centro y derecha no se pusieran de acuerdo. Yo consideraba que esto era un tema de estado, no de gobierno por lo tanto me generaba mucha molestia.

Como mencione antes, la clave de China fue que había una unión, entre la gente y sus autoridades. En nuestro caso no había esta unión, veníamos de un estallido social, había otro contexto y los sectores políticos se encargaban de enlodar la gestión del otro solo para ganar intereses y ahí es donde se genera el problema, la falla de cómo se enfrenta la crisis en Chile.

También hago la crítica a que la gente no tomó las medidas con respeto, yo siempre digo que si estamos dispuestos a exigir derechos, también tenemos que estar dispuestos a asumir obligaciones y deberes, y acá era cuestión de respeto (…) Entonces en ese sentido creo que hubo una negligencia tanto de la ciudadanía como de las autoridades.

¿Cómo crees que se podría controlar esto de mejor manera después de tu experiencia?

-Podemos contener el virus a través de una avanzada sanitaria, la que necesitaría una colaboración logística tanto de las fuerzas armadas, las policías, el gobierno, el estado y la comunidad. Para lo cual debemos aprovecharnos de las características geográficas de Chile, como somos un país largo y angosto, lo primero una región entera se somete a un proceso de cuarentena de dos a tres semanas, y al mismo tiempo proveer y generar canales de distribución de suministros a la localidad.

Una vez que se logre controlar e identificar y hacer todo un proceso de trazabilidad de la ciudad, podemos identificar quienes están enfermos y generar hospitales de emergencia tal como se hizo en Wuhan, dividiendo por la gravedad de cada una de las personas, no es tanto la cantidad de personas que se encuentran por ciudad.

Por lo tanto, una vez que se termine en una región, se pasa a la siguiente y así sucesivamente, a medida que nosotros vamos sanando región por región, las regiones que ya están sanadas se pueden conectar. De esta forma mantenemos mayor trazabilidad.

En cuanto a las salidas del país, se deben suspender los vuelos, se cortan las salidas y entradas del país, pero se generan canales verdes, es decir, canales de abastecimiento de recursos para poder apoyar la crisis. Entiéndase como insumos médicos, alimentos, etc. Todo lo que sea realmente necesario para poder suministrar y mantener a la comunidad. Es posible que se pueda lograr si se aplica una buena logística, una buena estrategia y desarrollo regional de este plan.

No hay que bajar los brazos y debemos seguir luchando contra el virus, pero unidos, hoy la gente de Wuhan ha recuperado su normalidad a costo de un gran esfuerzo que como comunidad decidió adoptar y es hora de que nosotros como chilenos lo hagamos, la solidaridad es la clave en esta crisis.