Fernández defiende medidas tras una ironía de Bolsonaro
COVID-19. El presidente de Brasil se mofó del apoyo del Ejército en controles sanitarios de Argentina, que cerró colegios e impuso toque de queda. Ambos países viven días críticos.
Redacción/Efe
El presidente de Argentina, Alberto Fernández, reaccionó con molestia a un mensaje de su homólogo brasileño, Jair Bolsonaro, que ironizó con el uso de militares para controlar la movilización nocturna que fue limitada el Gobierno argentino para frenar los contagios. Ambos países viven los momentos más críticos de la pandemia.
"Ejército argentino en las calles para mantener a la gente en casa toque de queda entre las 20 y las 8. Buenos días a todos", escribió Bolsonaro en sus redes sociales.
El comentario no cayó en gracia a Fernández que enfrenta una intensa ola de contagios en Argentina, lo que obligó a restringir la movilidad y aumentar los controles. El mandatario consideró "impactante que Bolsonaro diga una cosa así" y defendió el papel de las Fuerzas Armadas durante la pandemia.
"Son oficiales que han hecho su carrera en democracia, defienden las instituciones y desde ese lugar han colaborado de un modo magnífico en la pandemia, llevando asistencia a lugares de mayor vulnerabilidad", dijo Fernández.
Agregó que le pidió al Ejército que le "ayuden a montar postas sanitarias para hacer más rápido los testeos".
"El Ejército tiene médicos y enfermeros muy calificados y es eso lo que les pedí. Yo ni he declarado el estado de sitio ni lo pienso hacer y las fuerzas armadas no están para hacer seguridad interior, están para hacer lo que hacen muy bien que es en situaciones de catástrofe brindar apoyo a la gente", enfatizó.
Argentina cierra
La rápida evolución de la segunda ola de covid-19 en Argentina, que ya ha dejado récord de contagios y tensión en los hospitales, llevó al Gobierno a prohibir la circulación nocturna de personas en Buenos Aires y su populosa periferia, pero también a cerrar los colegios, contra lo que el alcalde de la capital presentará un recurso amparo en la Justicia.
Las nuevas restricciones se dan un contexto de lenta vacunación, con apenas 11,3% de la población inoculada con la primera dosis y 1,68 % con la segunda.
Desde hoy y hasta el 30 de abril, en el área metropolitana de Buenos Aires, que aglutina a unos 15 millones de habitantes -más del 30% de la población argentina-, se prohibirá circular entre las 20.00 y las 06.00 horas, cuatro horas más que el toque de queda que rige desde hace una semana.
También se suspenderán las actividades sociales, deportivas y religiosas en lugares cerrados, los centros comerciales no podrán abrir y el resto de comercios deberán cerrar a las siete de la tarde.
Además, las clases escolares serán virtuales desde el lunes durante dos semanas, solo dos meses después de que se retomara la presencialidad tras casi un año de escuelas cerradas. Argentina registra 2,6 millones de contagios de los que 58.542 han fallecido.
Catástrofe humanitaria
Mientras Bolsonaro ironizaba con la situación pandémica en Argentina, Médicos Sin Fronteras (MSF) denunció que Brasil vive una "catástrofe humanitaria" debido a la "fallida" respuesta del Gobierno.
"Estamos extremadamente preocupados con lo que ocurre en Brasil. Es algo extremadamente alarmante", dijo el presidente internacional de MSF, Christos Christou.
También alertó que la "falta de voluntad política" está costando la vida de miles de personas en Brasil, donde el virus ya deja más de 360.000 muertos, 13,6 millones de casos y se han aplicado 24,20 millones de dosis contra covid-19. Solo la semana pasada el país registró 11% de los nuevos contagios y 26% de las muertes en todo el planeta.
Camboya cierra su capital por su peor brote de covid-19
Camboya inició un estricto confinamiento de su capital, Nom Pen, y una ciudad aledaña para contener su mayor brote de coronavirus desde el inicio de la pandemia, que llevó al primer ministro, Hun Sen, a alertar que el país está "al borde de la tragedia". Hun Sen anunció la medida y advirtió que en los próximos 14 días los ciudadanos solo podrán salir de casa para ir al trabajo, comprar alimentos y recibir tratamiento médico, según el medio Phnom Penh Post. Camboya suma casi 5.000 casos y 36 muertes.