Partidos
Puede sonar alarmista para algunos, o muy optimista para otros, pero lo cierto es que en las próximas elecciones veremos el debilitamiento de los partidos políticos, a lo menos los tradicionales de izquierda y de derecha, dando paso a dos fenómenos que de seguro serán materia de análisis en los libros de historia.
El primero es la Polarización o concentración de pensamientos extremos, voces que día a día escuchamos en las noticias, leemos en los diarios y sobre todo en redes sociales. Y el otro fenómeno es la Atomización de movimientos independentistas, liderados por caudillos que en su mayoría tiene poco conocimiento, pero sí un discurso que hace sintonía con el malestar de la ciudadanía.
El problema es que todas estas opciones carecen de algo fundamental para poder Gobernar: el equipo de trabajo y la visión de futuro, pues ambos fenómenos responden a la figuración de un líder omnipresente y se preocupan de responder solo a la contingencia.
Noel Restovic
Ateísmo político
Los propios parlamentarios, son los causantes del ateísmo político. Me permito utilizar el concepto ateísmo, (parece que invente una nueva frase) considerando que el congreso, es un verdadero Olimpo y donde los Dioses criollos, son nuestros honorables representantes, y a quienes la ciudadanía les cree muy poco o casi nada.
Jorge Valenzuela Araya
Franja deportiva
Hay decisiones del Ejecutivo que, definitivamente, no dejan de llamar la atención. Una de estas es la denominada "banda horaria Elige Vivir Sano" la cual promueve la práctica deportiva, de lunes a domingo, entre las 6 y las 9 am. Lo anterior sería una muy buena noticia salvo por lo siguiente: cómo se incentiva, por ejemplo a una persona en la región de Magallanes, la realización de ejercicios con temperaturas que incluso pueden estar, a esa hora de la mañana, bajo cero o llegando apenas al grado centígrado?
Cómo justificamos la innecesaria exposición a enfermedades, producto de las bajas temperaturas, de familias que salen con sus hijos a distenderse? Cómo se explica que lo que se busca evitar son las aglomeraciones, incluso en espacios abiertos, se establezca una única banda horaria que contribuye, precisamente, a las aglomeraciones de personas que incluso, debido a la práctica deportiva, no usan mascarilla?
Sería bastante bueno que el Ejecutivo no sólo deje de tomar decisiones basadas en el centralismo, sino que además estén pensadas desde la coherencia y el bien común.
Rodrigo Durán Guzmán
Salud mental
Recibimos esta semana la noticia de que Chile ocupa el segundo lugar entre 30 países donde más ha empeorado la salud mental durante la pandemia. Pero la precariedad de la salud mental en Chile no es novedad, ha sido alertada desde hace años por expertos, organismos internacionales, agrupaciones de familiares, frente a un Estado con un actuar negligente y a destiempo ante la contundencia de cifras, incluso anteriores a la pandemia.
Según la OMS, tenemos uno de los mayores niveles de depresión en América Latina. Los síntomas de depresión severa se dan 8 veces más en personas con menores ingresos, son más altos en mujeres y más severos a menor nivel educacional de las personas.
Es paradojal que solo destinemos un 2,3% del presupuesto de salud a la salud mental, cuando la recomendación internacional para Chile es una inversión de al menos un 5%.
La magnitud y complejidad del problema es enorme para pensar en soluciones pequeñas, aludiendo a la Ley de Salud Mental recientemente aprobada en el Congreso y ad-portas de ser promulgada. Existe consenso en que es insuficiente. Se requiere de una respuesta robusta de política pública. Es el Estado quien debe entregar a los ciudadanos una legislación con estándar de derechos garantizando calidad, oportunidad y pertinencia de servicios y prestaciones en salud mental a lo largo del ciclo de vida, con la participación de las personas y comunidades que se verán impactadas, con una perspectiva integral que incluya promoción, prevención, tratamiento y recuperación.
Finalmente, debe garantizar sustentabilidad y progresividad, con un financiamiento suficiente para implementar una politica de salud mental que mejore efectivamente la calidad de vida de las personas, familias y su comunidad, y así no repetir que "no lo vimos venir".
María Isabel Robles M. y Carlos Vohringer C. Dirección Social Nacional Hogar de Cristo